Cómo Tratar La Vergüenza: Una Guía Para Psicoterapeutas

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Video: Qué es el Trastorno de Ansiedad Generalizada y Cómo Librarte de Él. 2024, Abril
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Anonim

El tratamiento de la vergüenza es un proceso muy difícil y laborioso. Cuales son las dificultades? Primero, los clientes no reconocen bien su vergüenza. Segundo: los clientes tienden a ocultar sus partes avergonzadas. Tercero: la curación de la vergüenza es un proceso muy lento. A pesar de las dificultades, la vergüenza es una condición tratable.

El psicoterapeuta Ronald Potter-Efron identifica cinco etapas del trabajo con vergüenza.

1. Cree un entorno seguro para que el cliente revele su vergüenza

No sucederá nada útil hasta que se establezca una relación de confianza entre el cliente y el terapeuta. Como regla general, en las primeras etapas de la terapia, el cliente presenta temas que no le resultan más embarazosos.

2. Acepta a esta persona con su vergüenza

Cuando un cliente comparte información vergonzosa, el terapeuta debe abstenerse de intentar disuadirlo de la vergüenza. Es importante que el terapeuta pueda aceptar al cliente en su vergüenza, como si dijera: "Sí, veo tu vergüenza y de qué te avergüenzas, pero no te dejaré contigo".

3. Investigar las fuentes de la vergüenza

El propósito de esta etapa es ayudar al cliente a comprender que su vergüenza es causada por las actitudes de los demás y no por la situación real.

4. Anime al cliente a cuestionar su imagen de sí mismo, verifique la validez de los mensajes vergonzosos

Las etapas anteriores son importantes para que el cliente recurra a la imagen de sí mismo. ¿Cómo es él realmente? Esperamos que el cliente comience a investigarlo él mismo. Es trabajo del terapeuta mantener esta tendencia y cuestionar la validez de los mensajes que el cliente ha recibido de otras personas. Por ejemplo, ¿cómo supo tu madre que eres tan terrible? No veo nada malo en ti. ¿Y usted?

5. Apoyar cambios en la autoimagen que generen un orgullo saludable

El cliente deja de percibirse a sí mismo como una persona irreparablemente defectuosa. La idea es que él es "lo suficientemente bueno", lo que conduce a la formación de un orgullo realista. Este es un proceso lento. Entonces, a veces, el cliente volverá a caer en la vergüenza. La tarea del terapeuta es mantener una parte sana de la personalidad.

Un ejemplo del trabajo con vergüenza de Ronald Potter-Efron de su obra "Vergüenza, culpa y alcoholismo"

“Linda es la hija de 40 años de un padre alcohólico y una madre“loca”y abusiva físicamente. Cuando era niña, fue golpeada y humillada con regularidad. Se ha sentido tan profundamente avergonzada que se siente impotente para cambiar su vida actual con su esposo químicamente dependiente. Después de seis meses de terapia, progresó hasta el punto en que pudo unirse a un grupo de terapia.

Un ejercicio introductorio que he utilizado se llama "La máscara". En este ejercicio, primero se pide a los clientes que pinten sus máscaras, las imágenes que quieren que otros vean. Y luego la persona debajo de la máscara. Tan pronto como Linda dibujó a esta persona, se emocionó mucho y de repente salió de la habitación, corriendo al baño con un ataque de náuseas. Tuvo el coraje de regresar, pero declinó mi invitación para compartir lo sucedido con el grupo.

Etapa uno: seguridad y divulgación

Linda se encontraba en un nuevo entorno en el que se sentía demasiado vulnerable para revelar su vergüenza. Necesitaba la confirmación de que no trataría de obligarla a hablar de eso ahora. Lo hice de manera no verbal, pero luego le sugerí que se quedara después de la sesión porque no quería que se fuera tan asustada y avergonzada.

En privado, Linda me mostró lo que había sucedido: la persona "real" bajo su máscara se convirtió espontáneamente en una figura satánica con cuernos. Linda se veía a sí misma como el diablo, una imagen que caracteriza a muchas personas avergonzadas.

Etapa dos: aceptación

Linda se sorprendió porque no esperaba que su vergüenza emergiera tan rápido y con tanta fuerza. Ella también reconoció esta imagen interior; se sentía completamente correcto y familiar, aunque ella no sabía por qué. Tenía que explicarme específicamente por qué se sentía como Satanás, corrupta e inhumana. Mi papel durante esta fase fue fomentar su apertura, no permitir que se despreciara tanto que pudiera perder el contacto con ella. Tuve que reprimir un fuerte impulso de disminuir nuestra incomodidad corriendo en su ayuda antes de que realmente enfrentemos su vergüenza.

Etapa tres: investigación

Pregunté en voz alta quién podía decirle a Linda que ella era el diablo, ¿quién le puso los cuernos en la cabeza? Para mi sorpresa, Linda recordó de inmediato lo que había estado reemplazando durante treinta años; durante varios años antes y después de la pubertad, su madre, golpeándola, la llamó en repetidas ocasiones la descendencia del diablo. Incapaz de resistir, ha incorporado esta confianza al núcleo de su identidad, desplazando su origen. Ella no podía dudar de esto, porque este mensaje no estaba disponible para ella en un nivel consciente.

Cuarta etapa: preguntas y dudas

Afortunadamente, Linda ha trabajado lo suficiente en el concepto de sí misma que puede comenzar a dudar de esta imagen por sí misma. Una parte de ella estaba enojada y todavía no aceptaba completamente que era terrible. Animada por mí, me permitió tachar los cuernos del diablo en su cabeza, miró la imagen restante de una mujer normal y estalló en lágrimas de alivio. Se dio cuenta de que se "tragó" la definición que otra persona tenía de sí misma y que ahora puede rechazar esta imagen y reemplazarla por una positiva.

Quinta etapa: aprobación

Luego le pedí a Linda que dibujara a la nueva persona que ve. En su dibujo había una mujer fuerte, inteligente y solidaria, mirando directa y orgullosamente al espectador. Hablamos sobre cómo encontró a esta nueva persona no solo ahora, sino también hace unas sesiones en terapia, y cómo esta nueva mujer ya cambió su vida con su esposo y su familia.

Importante: Las etapas se pueden pasar tanto durante un tiempo prolongado como en una sesión. En las primeras etapas, el desafío es establecer contacto y generar confianza. Si el terapeuta fuerza a que sucedan las cosas, el cliente se resiste. Sentirá que el terapeuta no lo comprende y no puede apreciar la profundidad de su dolor. Puede explorar las actitudes del cliente siempre que el terapeuta tenga suficiente paciencia para ello. Conocer y formar un "yo" saludable del cliente es imposible hasta que el cliente acepta al terapeuta como una figura significativa en su vida. Consejo Potter-Efron: "Cuanto más profunda es la vergüenza, más debe confiar el cliente en el terapeuta".

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