ATENCIÓN PSICOLÓGICA DE EMERGENCIA: CÓMO AYUDAR A UNA PERSONA CON GORNESS

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ATENCIÓN PSICOLÓGICA DE EMERGENCIA: CÓMO AYUDAR A UNA PERSONA CON GORNESS
ATENCIÓN PSICOLÓGICA DE EMERGENCIA: CÓMO AYUDAR A UNA PERSONA CON GORNESS
Anonim

A cada uno de nosotros le puede pasar cualquier cosa. En cualquier momento podemos encontrarnos con personas que han sufrido desastres naturales y accidentes, que han perdido a sus seres queridos o su hogar, que se ven obligados a ver cómo se desmorona ante nuestros ojos toda su vida habitual. ¿Como ayudar? ¿No curar, no diagnosticar, sino brindar asistencia psicológica de emergencia? Resulta que esto puede y debe aprenderse.

De inmediato enfatizaremos que esto no es psicoterapia ni psicodiagnóstico, sino una guía de acción para todo aquel que ve a una persona al borde de la desesperación tras una tragedia. Los primeros auxilios psicológicos se reducen a una presencia de apoyo, que ayuda a reducir la gravedad de la experiencia.

Especialistas del Instituto de Salud Pública y Salud de la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos han desarrollado un modelo de primeros auxilios psicológicos que puede ser utilizado por cualquier persona, incluso sin formación en psicología y medicina.

CINCO PASOS RÁPIDOS

El modelo de trabajo incluye cinco puntos consecutivos, cuyos nombres en inglés forman una abreviatura RÁPIDO ("rápido"):

  • rapport - contacto de confianza,
  • evaluación - evaluación del estado,
  • priorización: prioridad de quienes necesitan asistencia de emergencia,
  • intervención - asistencia directa,
  • disposición - plan de acción adicional.

PASO 1: CONTACTO CONFIDENCIAL Y DISPUESTA A ESCUCHAR

La primera y más importante etapa de los primeros auxilios psicológicos es establecer un contacto de confianza, incluso si la víctima no le es familiar. Desde las primeras palabras, es importante mostrarle a la persona que está listo para escuchar y que está allí. Esto se puede lograr con técnicas de escucha reflexiva.

Es necesario establecer contacto lo antes posible, porque un estado mental agudo puede llevar a decisiones inapropiadas. Al iniciar una conversación con una víctima, comience por usted mismo: preséntese, explique por qué está aquí y por qué está hablando con él. Luego haga la primera pregunta. Hacer las preguntas correctas es la clave para una relación de confianza. Con su ayuda, comunicas: “Tú eres importante para mí, estoy aquí para ayudar, pero necesito tu participación para ayudar de manera más efectiva. Así que necesito saber un poco más sobre ti y lo que te pasó.

Todas las preguntas se pueden dividir en tres categorías:

  1. Cerrado (sí / no): lo ayuda a obtener rápidamente información fáctica;
  2. Abierto (qué, por qué, cómo): proporcione más detalles y sugiera qué tipo de ayuda puede necesitar;
  3. Reflexivo, parafrasear ("Entiendo correctamente que …", "Es decir, en otras palabras …", "Escuché que ahora …") no siempre son preguntas en el sentido literal, pero son necesario para mostrarle a la persona que lo escuchas con atención y tratas de comprender.

Tu tarea es convertirte en una persona-espejo: leer el estado de la víctima mediante sus frases, gestos, expresiones faciales y responder. Para que la persona confíe en usted, es importante brindarle la oportunidad de expresar su dolor, rabia o desesperación. Es necesario que ocurra la catarsis y que el estrés emocional acumulado disminuya.

No te apresures a resolver todos sus problemas a la vez, no simplifiques la situación con frases como "No todo da tanto miedo" o "Esto son meras bagatelas, lo principal es que estás vivo". Por lo tanto, solo devalúa lo que está sucediendo y demuestra su falta de comprensión de lo mala que es la persona. Y lo más importante, no discuta.

PASO 2: EVALUACIÓN DEL ESTADO Y ASISTENCIA NECESARIA

La segunda etapa es obtener información. La historia que le cuenta la víctima incluirá el contexto (qué sucedió exactamente) y su reacción a lo que sucedió. Al escuchar, debe distinguir las respuestas normales de las extremas. No se trata de evaluación clínica y diagnóstico, solo funciona el sentido común. Y recuerda: no importa lo que veas y no importa lo que te digan, no juzgues a la víctima y no des juicios.

En esta etapa, es importante una secuencia clara de acciones:

1. Valorar el estado físico y mental de la persona. Recuerde, en primer lugar, debe comprender su estado médico y, si es necesario, llevarlo a un médico. Todo lo demás, más tarde.

2. Descubra los detalles de lo que sucedió para comprender la magnitud del desastre.

3. Haga preguntas aclaratorias si algunos aspectos de la condición de una persona y su historia sobre los eventos le parecen contradictorios.

Después de tales consultas, quedará claro con quién está tratando y con qué urgencia necesita ayuda. Siempre habrá personas que puedan hacer frente a las dificultades por sí mismas. Son capaces de mantener una actitud optimista y están dispuestos a seguir adelante. Con esas personas, todo es simple: esté presente en caso de que pueda ser de alguna ayuda, al menos de alguna manera.

Lo más difícil es comprender cuál de las víctimas está cuerda, aunque están muy preocupadas, y quién corre el riesgo de no sobrellevar la conmoción por su cuenta. Deje que la "luz roja" se encienda en su mente si ve: pensamiento confuso, intenciones suicidas, comportamiento agresivo, alucinaciones, ataques de pánico, acciones impulsivas y riesgosas, abuso de alcohol y drogas. Por el contrario, una señal alarmante puede ser la falta de expresión de sentimientos, la inacción total, la evitación del contacto con alguien.

Los indicadores críticos son cambios en el funcionamiento del corazón y la digestión, rastros de hemorragia interna, desmayos, dolor en el pecho, mareos, entumecimiento o parálisis (especialmente de las extremidades o la cara), incapacidad para hablar o reconocer el habla. En este caso, se necesita la ayuda del médico lo antes posible.

PASO 3: PRIORIDADES: QUIÉN NECESITA MÁS AYUDA

Si imagina una situación en la que hay varias víctimas, es importante comprender cuál de ellas necesita apoyo en primer lugar. Con base en la información obtenida en la etapa de evaluación, se puede identificar a las personas que se encuentran en la condición más difícil: aquellas que no pueden razonar lógicamente y servirse a sí mismas, que se van a hacer daño a sí mismas oa otros, que no están preparadas para resolver problemas organizacionales que superar. la crisis.

Además, puede evaluar factores que aumentan las posibilidades de que una persona empeore después de un tiempo: muerte (si vio personas muertas y qué tan cerca estaba de la muerte), pérdida (si está separado de su familia y amigos, es dónde alojarse), daños (lesiones personales y experiencia psicológica traumática). En todos estos casos, es importante brindar apoyo oportuno.

PASO 4: ACCIÓN LLAMADA PARA AYUDAR

Recordemos: la primera ayuda psicológica no es la psicoterapia ni una operación quirúrgica. No busque resolver los problemas de la víctima si no está dentro de su competencia. A veces es mucho más importante estar ahí y escuchar sin juzgar. Las investigaciones confirman que la comunicación y el apoyo social es el factor más importante para recuperarse de un accidente.

Pero, ¿cuál es la ayuda en sí? Primero, debe comprender si su interlocutor tiene comida, ropa, documentos, conocidos que puedan refugiarse. En segundo lugar, es importante reducir el estrés psicológico.

Si una persona le parece mentalmente inestable, debe equilibrar su condición: dele una tarea técnica simple, distraerlo de la vista dolorosa, dejar que se desahogue y hablar, hacer que posponga la adopción de decisiones apresuradas.

Si la víctima está más o menos estable, la ayuda es apoyar su viabilidad. Bríndele información sobre cómo comportarse y qué puede pasarle después, explíquele que los sentimientos que tiene son normales en tal situación. Trate de darle la esperanza de que pueda manejarlo. Si conoce alguna técnica de manejo del estrés, comparta sus habilidades. Y si le parece apropiado, busque con él alguna otra forma de ver lo que sucedió.

PASO 5: PLAN DE ACCIÓN ADICIONAL

Incluso si el estado de ánimo de la víctima ha mejorado y usted está convencido de que la crisis ha sido superada, no la deje a merced del destino. ¿Qué le pasará después de todo esto? ¿Es una persona capaz de reconstruir su vida pieza por pieza? ¿Hay algo más que puedas hacer para ayudarlo?

Si se toma la libertad de ayudar a una persona que ha atravesado una conmoción grave en su vida, debe visitarla al menos una vez después de un tiempo. Déjele sus contactos para que sienta su apoyo, para que sepa que no está solo. Pregúntele si le importaría volver a verlo en una semana o un mes.

Lo principal que hay que averiguar es si es necesario enviar a la víctima a alguien para que la ayude. Puede ser un médico, psicólogo, psiquiatra, trabajador social, familiares o amigos, empleados de centros de empleo e instituciones financieras. Es importante no solo darle a la víctima el número de teléfono deseado, sino también explicarle la importancia de este paso, ponerse en contacto con especialistas y autoridades con él y, lo más importante, seguir apoyándolo. Poco a poco, gracias a ti, una persona creerá que no todo está perdido y renacerá a la vida.

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