Resumen: Carl Jung Sobre Por Qué Algunas Personas Nos Molestan

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Video: SALIR de la MÁSCARA (Carl Jung) - La Persona, la Sombra y el YO en el PSICOANÁLISIS JUNGUIANO 2024, Abril
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Anonim

El psicoanalista suizo Carl Gustav Jung y el escritor Hermann Hesse tienen pensamientos sorprendentemente similares sobre por qué algunas personas nos molestan tanto. Aquí hay un par de citas indicativas:

Si odias a una persona, odias algo de él que es parte de ti. Lo que no forma parte de nosotros no nos molesta.

Hermann Hesse, "Demian"

Cualquier cosa que nos moleste en los demás puede llevarnos a comprendernos a nosotros mismos.

Carl Jung

Como señalan Hesse y Jung, si alguien dice o hace algo que parece egoísta o grosero, y nos sentimos enojados o frustrados en respuesta, entonces hay algo en esta experiencia que puede decirnos más sobre nosotros mismos.

Esto no significa que otras personas no se comporten de manera inmoral o que nuestro juicio sobre tal comportamiento sea completamente infundado. El punto es que nuestras reacciones emocionales negativas a las deficiencias percibidas en otras personas reflejan algo que está sucediendo dentro de nosotros.

La proyección psicológica es un conocido mecanismo de autodefensa. Hace que nuestras propias inseguridades, defectos y defectos se proyecten en los demás. Cuando juzgamos severamente a alguien por ser grosero, egoísta o estúpido, en cierto sentido, lo hacemos para evitar enfrentarnos a estas características en nosotros mismos.

En su Investigación de la fenomenología del yo, Jung habla de la "sombra", el lado oscuro y desconocido de la personalidad.

Es oscuro porque es instintivo, irracional y primitivo, compuesto de impulsos como la lujuria, el poder, la codicia, la envidia, la ira y la rabia. Pero también es una fuente oculta de creatividad e intuición. La conciencia y la integración del aspecto de la sombra es esencial para la salud psicológica, un proceso que Jung llamó individuación.

La sombra también es oscura porque está oculta a la luz de la conciencia. Según Jung, suprimimos estos aspectos oscuros del inconsciente, por lo que tarde o temprano comenzamos a proyectarlos en los demás. Está escribiendo:

Estas resistencias suelen estar asociadas a proyecciones. No importa cuán obvio pueda ser para un observador independiente que se trata de una cuestión de proyección, hay pocas esperanzas de que el sujeto se dé cuenta por sí mismo. Como saben, la materia no está en la conciencia del sujeto, sino en el inconsciente, que hace una proyección. Por tanto, encuentra proyecciones, pero no las crea. El resultado de la proyección es aislar al sujeto de su entorno, ya que la actitud real hacia él es reemplazada por una ilusoria. La proyección transforma el mundo en una copia del propio rostro desconocido del sujeto.

A menudo es lamentable observar cuán descaradamente una persona confunde su propia vida y la vida de los demás, permaneciendo completamente incapaz de ver que toda esta tragedia está sucediendo en él mismo y cómo continúa alimentándola y apoyándola.

No, no es la persona o su comportamiento lo que nos molesta, sino nuestra reacción hacia él. Pero podemos usar esta reacción como una herramienta de reflexión para descubrir por qué ocurre esta ira e irritación.

En un nivel interior profundo, sabemos que todas las personas son esencialmente iguales. No es "otro". Es "nosotros" o "nuestro" expresado en diferentes cuerpos desde diferentes puntos de vista. El sacerdote Edward Bickersteth, en Tratado de oración, describe un episodio de la vida del reformador cristiano inglés John Bradford:

El piadoso mártir Bradford, cuando vio al pobre prisionero que estaba siendo llevado a la ejecución, exclamó: "Allí, si no fuera por la misericordia de Dios, John Bradford habría ido también". Sabía que en su corazón existían los mismos principios pecaminosos que llevaron al criminal a este vergonzoso final.

La cita está abierta a varias interpretaciones, pero a la luz de esta discusión, se puede concluir que Bradford era consciente del mal (el aspecto de la sombra) en sí mismo que llevó a otra persona a cometer un crimen y posteriormente a la ejecución.

Cada uno de nosotros tiene una sombra, así como la libertad de tomar nuestras propias decisiones. Y cada uno de nosotros es capaz de hacer lo que le moleste. Pero es el surgimiento de esta ansiedad lo que nos hace confrontar el aspecto de sombra de la personalidad. Al mismo tiempo, las emociones negativas que tenemos sobre el comportamiento de otras personas (irritación, enfado, rabia) pueden servir para estudiar con detenimiento nuestra reacción, conocer nuestra sombra y, en definitiva, con nuestra personalidad en toda su versatilidad.

Adaptado de: "Carl Jung y Hermann Hesse explican por qué otras personas nos irritan" / Sam Woolfe.

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