Hagamos Una Pausa

Video: Hagamos Una Pausa

Video: Hagamos Una Pausa
Video: (Hagamos una pausa) 2024, Mayo
Hagamos Una Pausa
Hagamos Una Pausa
Anonim

En la recepción una mujer mayor de 30 años. Enérgica, marido, hijos, trabajo.

Desde el principio de la sesión habla mucho, salta de un tema a otro. Una corriente ininterrumpida sobre un nuevo proyecto interesante, sobre niños, sobre la insatisfacción con mi marido … Escucho y trato de entender cómo es. Una historia apresurada, frases con finales tragados, una sonrisa en cualquier ocasión, como un poco de abajo hacia arriba …

Mi infancia. Soy el mayor de una familia numerosa y ¡realmente quiero la atención de mi madre! Lo atrapas gota a gota y tienes que empujar todo allí. Mejor bien, esto hace sonreír a mamá.

Es importante separar de quién es la experiencia. Para no comenzar inadvertidamente a transmitir sus sentimientos al cliente como si fueran suyos. Me detengo suavemente y le pido que se escuche a sí mismo por qué hay tantas palabras.

Hace una pausa por un momento y de repente comienza a llorar.

Fue criada por su abuela hasta los 7 años, su madre rara vez venía y por poco tiempo. Tenía que tener tiempo para contarle todo a mi mamá, todo: sobre el hijo del vecino, y sobre la horquilla perdida, y sobre el regalo que le dieron el 8 de marzo, y sobre el nuevo libro … Mientras mamá sigue escuchando, mientras aquí, mientras pospone todos sus importantes asuntos de adultos …

Le pido que no se apresure y sienta que de hecho quería contárselo a su madre entonces, pero ¿era imposible?

Pausa. Y luego, no con mi propia voz sorda, de repente: “Estoy bien. ¡No te vayas!"

Los sollozos ya no se detienen, ni siquiera lloran, aúllan. No me detengo. Ahora está en marcha un trabajo muy importante: una reunión con mi gran dolor. La miro, una niña adulta exitosa y mentalmente la acaricio en la parte superior de la cabeza. Estoy cerca y es importante: llorar con alguien juntos, que resistirá, no me alejará.

Gradualmente, los sollozos se transforman en sollozos y ella mira por debajo del brazo. ¡Sonriente! Como si se añadiera aire primaveral a la oficina. Habla despacio, su cuerpo es suave, la respiración es profunda. Estoy sonriendo.

Llevado a cabo. Se sentó en el sofá donde ella acababa de sentarse. Y en mi cabeza hay algo tan importante: "¡Estoy bien, no te vayas!"

(narrado con permiso)

Recomendado: