PSICOPATÍA - CARACTERÍSTICAS GENERALES

PSICOPATÍA - CARACTERÍSTICAS GENERALES
PSICOPATÍA - CARACTERÍSTICAS GENERALES
Anonim

El psicópata se clasifica como una personalidad límite de bajo funcionamiento por varias razones:

- Falta de conciencia y capacidad de sentirse culpable.

- Falta de identidad formada y diferenciada. Lo más probable es que sea esta característica la que le permita al psicópata disfrazarse tan bien. Estamos hablando de la falta de suficiente integración interna (trabajo interno que agrupa diferentes "partes" de la personalidad, dando una imagen general de quiénes somos).

- La falta de estabilidad de valores es una de las razones del engaño de un psicópata. Los valores y la visión del mundo de un psicópata cambian muy fácil y rápidamente. En primer lugar, se trata de una técnica bien conocida: si la realidad amenaza la autoestima, se revisa la realidad y, en segundo lugar, en ausencia de una identidad distinta, no existe un centro que determine los valores y la cosmovisión de un psicópata. Metafóricamente hablando, el psicópata es el fuego, el aire y el agua de la imaginación que flota en la superficie de un mar en constante transformación. El fuego es un personaje cruel y de mal genio, agresivo y violento. El aire es la energía verbal y el poder de crear imágenes verbales (los psicópatas suelen ser bastante elocuentes, pero a menudo cavando más allá del eslogan, encontraremos su insignificancia). Agua: mareas de emociones y un cambio rápido de todo. Los rostros del psicópata cambian constante y caóticamente, porque no hay tierra en ellos que pueda darle estabilidad y se limitará a un solo rostro.

- Mala calidad de las relaciones de objeto del psicópata. La otra persona para el psicópata no es un todo, sino un objeto parcial. El otro es importante sólo porque puede ser manipulado, algo de él para "follar", el otro es un nido de proyecciones; no se le percibe como una persona completa y no se le respeta.

- Falta de capacidad para amar y vincularse.

- Signos de debilidad del ego, como impulsividad, incapacidad para anticipar las consecuencias de sus acciones y, a menudo, incapacidad para planificar a largo plazo (con una planificación sofisticada para travesuras o intrigas que se han adelantado muchos pasos).

El psicópata puede intrigar y recurrir a la manipulación incluso cuando no hay un beneficio práctico aparente, sin embargo, estos actos son necesarios para el funcionamiento psicopático. Por lo tanto, al estar al lado de un psicópata, nadie está a salvo, un psicópata puede comenzar a intrigar de la nada, mientras experimenta el triunfo. Los psicópatas no siempre salen secos, si el psicópata comenzó un juego con una personalidad fuerte y saludable, que al mismo tiempo tiene suficiente poder no solo personal, sino también de estatus, el psicópata obtiene lo que se merece. Después de un cierto tiempo, el psicópata volverá a tomar el suyo, y nuevamente puede meterse en una situación en la que se le "permita". Esto se debe a una característica bien conocida del psicópata: la incapacidad de aprender de la experiencia. El psicópata no dejará de actuar de esta manera, porque es este comportamiento el que apoya su autoestima. Sin tal alimento, puede caer en estados que son una apariencia psicopática de depresión (estado cero). La falta de una identidad formada y distinta lleva al psicópata a un estado de aburrimiento; la salida que le permite deshacerse de este sentimiento es desarrollar una actividad manipuladora. Uno de los juegos favoritos de un psicópata es matar a una víctima con cebo y luego salvarla. Entonces, un líder psicopático puede provocar en un subordinado la ansiedad más fuerte debido a un error menor cometido por él, proponer las consecuencias impensables de un "error", llevar al pobre hombre a la histeria, y luego "decidir todo" e imaginarse a sí mismo. en la imagen de Batman.

En definitiva, el psicópata intriga, manipula e inventa no por el bien de la "subsistencia" (aunque por eso también), sino que básicamente lo hace "por amor al proceso", buscando una y otra vez la experiencia del placer. y triunfo.

Se cree que la historia de vida temprana del psicópata no tuvo una experiencia satisfactoria de introyección de un buen objeto. En lugar de un buen objeto, hay un introyecto hostil, agresivo, del que el psicópata se deshace obsesivamente, proyectándolo sobre otras personas. Por tanto, el psicópata siempre necesita un enemigo con el que luchar. Los "enemigos" del psicópata cambian de vez en cuando, pero los ciclos de crear enemigos y luchar contra ellos nunca.

¿Por qué es difícil para algunas personas reconocer a los psicópatas, darse cuenta de con quién están tratando? Porque al tratar con un psicópata, incluyen las defensas psicológicas más fuertes. Uno de ellos es la negación, que en este caso se puede llamar "ceguera ante el peligro". La negación se manifiesta en subestimar la gravedad de la situación de interacción con un psicópata, en negarse a aplicar sanciones a un psicópata, e incluso en confiar en hechos que indiquen actos desvergonzados y crueles de un psicópata.

La siguiente defensa es la "atribución de salud psicológica"; en esencia, es una proyección que atribuye al psicópata su propio nivel de madurez mental y "normalidad". Declaraciones frecuentes de personas que recurren a tal protección: "¡Sí, no puede ser, pero no está completamente enfermo!"

En aquellos casos en que la víctima de un psicópata, identificándose con él, actúa "en uno" con él, comienza a comportarse inmoralmente (la mayoría de las veces sin criticar su comportamiento), opera el mecanismo de "identificación maligna". Un psicópata siempre está rodeado de un séquito de personas identificadas con el agresor, son personas que también tienen problemas con su propia identidad, y la identificación con un psicópata les facilita sufrir la falta de su propio "amarre".

Estos mecanismos de defensa son intentos contrafóbicos de evitar la ansiedad emergente que acompaña a la interacción con el psicópata. Si hay un psicópata cerca, nos convertimos en marionetas. La responsabilidad de los títeres puede ser mucho más significativa que la responsabilidad del psicópata, que no tiene conciencia. Y la inacción conduce a consecuencias mucho más graves que las acciones de un psicópata. En última instancia, los títeres del psicópata, que no se oponen a sus actos atroces, se entregan a la inmoralidad y ellos mismos pierden la conciencia. En definitiva, toda la estructura en la que gobierna el psicópata se convierte en una masa desvergonzada.