2024 Autor: Harry Day | [email protected]. Última modificación: 2023-12-17 15:43
Los monstruos dentro de mí: Los seis magníficos de destructores emocionales
MIEDO, OFENSA, ENOJO, CULPA, ENVIDIA, Lástima
(serie de publicaciones)
TEMOR
Las emociones gobiernan a una persona, cada día depende de quién esté dentro de mí, hoy me desperté y comencé mi día. Dejarse llevar por sus propios sentimientos y emociones es la realidad inconsciente de los "homosapianos".
Lo que es emoción es un cierto estado de una persona que crece desde dentro de la personalidad y se transmite al exterior, o no se transmite.
Junto con la aparición de tal o cual emoción, nos ponemos una determinada imagen, a través del prisma del cual somos percibidos en el día. Nuestras emociones tienen muchos matices y gustos, lo que significa que somos multifacéticos en nuestra manifestación de vida.
Una persona sin emoción está vacía. Un ramo de diversos estados emocionales reunidos armoniosamente en cada uno ayuda a ser uno mismo, a ser un individuo.
En toda esta belleza emocional y sensual, hay un pequeño PERO: un sentido de proporción, una media dorada, un sentido común. Los extremos emocionales hablan de apegarse a un estado emocional particular. Aquí es cuando una emoción de un tono de humor se convierte en el color de la vida, con todas las circunstancias resultantes.
Emociones positivas, todo está claro con ellas, aportan colores vivos, buena gente, estado de ánimo a nuestro día, e incluso a la vida.
Me gustaría aportar algo de claridad a la situación con las emociones negativas, si son realmente destructivas.
Se tratará de los "Seis magníficos estados emocionales de los destructores": miedo, ira, resentimiento, culpa, envidia, piedad.
EL MIEDO, como instinto básico de autoconservación, inherente a nosotros por la Madre Naturaleza, nos ayuda a no sumergirnos en quién sabe dónde y qué no está claro, para mantener la salud física y mental.
Un miedo saludable es una especie de frenos personales por dentro.
No olvidemos que los estados emocionales trabajan tanto dentro de nosotros como en el espacio exterior, transmitiéndonos a otras personas.
¿Qué somos en FEAR, qué hace él dentro de nosotros, cómo transmite para otros seres queridos, conocidos, extraños?
Ya hemos mencionado acerca de una parte saludable del miedo en la estructura psicoemocional de una persona, un miedo saludable básico es una garantía de nuestra seguridad. Exteriormente, parece precaución, consideración, cuidarse a sí mismo y a los demás. Internamente podemos sentir ansiedad, dudas, necesidad de apoyo, cuidados.
Lo que nos sucede en las manifestaciones extremas de miedo, cuando llena más de nuestro mundo psicológico interno, crece de un instinto básico a un controlador total. En un estado de temor constante por nosotros mismos, por quienes nos rodean, estamos en un territorio seguro, pero por lo tanto nos privamos de nuevas oportunidades, experiencias frescas, eventos brillantes, cambios para mejor, porque todo esto es desconocido, lo que significa que no es seguro.
Exteriormente, ese miedo se manifiesta de diferentes formas, alguien se convierte en un recluso hogareño, alguien deja de desarrollarse en su vida profesional y personal, alguien se convierte en una víctima social, alguien atormenta a sus seres queridos con su hipercuidado. Es posible continuar y continuar una serie de roles sociales formados a partir de los excesos psicológicos del miedo.
¿Qué sucede dentro de nosotros cuando el miedo ahoga otras emociones y sentimientos en sus corrientes? Un estado de impotencia, inseguridad, ansiedad patológica, pánico, dudas, dudas, dudas.
El miedo puede magnetizar situaciones que lo ayuden a salir de las profundidades de nuestro subconsciente. Lo que nos pasa es lo que más tememos. ¿Porqué es eso?
Cocinar el miedo dentro de uno mismo, esconderlo en las callejuelas es perjudicial para la salud, cuanto más largo es el período de exposición al miedo, más difícil es para el cuerpo afrontarlo a nivel fisiológico. Y eso significa que debes dejarlo ir, sobrevivir, afrontarlo. A nivel inconsciente, comenzamos a buscar encuentros con la causa del miedo, a crear, a atraer situaciones adecuadas. La mejor manera de dejar de tener miedo es enfrentarlo. Nuestro cuerpo lo sabe y sigue este camino sin pedir nuestro consentimiento. Y aquí, es hora de que nos involucremos conscientemente en el manejo de nuestras emociones y sentimientos, para comenzar a trabajar conscientemente en un monstruo llamado MIEDO.
Sin nuestra ayuda consciente, una lucha inconsciente con el miedo puede llevarnos a un ciclo de sucesos repetitivos, con un aumento constante de la fuerza de influencia, esta misma causa del miedo, sobre la psique y la fisiología. El principio funciona, si la fuerza de influencia de las circunstancias causales sobre nuestro miedo no es suficiente para enfrentarlo, entonces la próxima vez la fuerza de influencia debe duplicarse. Por otro lado, debemos tener en cuenta que con un intento infructuoso de vencer nuestro miedo, también aumenta su cantidad dentro de nosotros. Lo que sucede es correr interminablemente en círculo hasta que el miedo finalmente se agota y te obliga a trabajar conscientemente con las emociones.
Cómo ayudarse a sí mismo a superar el miedo. Hay muchas técnicas que funcionan bien y, si se desea, se pueden manejar fácilmente por sí mismas.
Mirar el miedo a los ojos, reconocerlo y aceptarlo es el primer paso y el más difícil, luego hay que dejarlo salir, para no ser herido por las verdaderas causas del miedo, se puede escribir, dibujar, cegar., generalmente le dan una forma física, y luego simbólicamente destruyen, queman, pintan, rasgan. Hay muchas formas de este tipo para todos, él es suyo, escúchese a sí mismo, lo principal es comprender conscientemente qué y por qué está haciendo, encontrar su propia versión.
Puedes hablar con miedo, un diálogo así con tu Ser Interior Para tal conversación, encuentra un lugar apartado donde no se molesten, trata de relajarte, si sabes cómo meditar, entra en un estado meditativo, llama a tu miedo, mira cómo se ve, habla con él (preguntas que puedes preparar con anticipación), pregúntale por qué vive contigo, qué quiere a cambio de tu liberación, interactúa con él como quieras y sientes, luego agradecerle las lecciones y dejar que Vamos. Después de tal trabajo interior, es muy bueno darle al miedo una forma material y transformarlo.
En situaciones más complejas y desatendidas, cuando es imposible hacer frente sin la ayuda de un profesional, hacemos un curso al consultorio de un psicólogo.
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