AUTOLESIÓN NO SUICIDA EN ADOLESCENTES

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Video: El uso de la autolesión como mecanismo de regulación emocional en la adolescencia - Sònia Gil 2024, Mayo
AUTOLESIÓN NO SUICIDA EN ADOLESCENTES
AUTOLESIÓN NO SUICIDA EN ADOLESCENTES
Anonim

El comportamiento autolesivo es un concepto que describe una amplia gama de acciones asociadas con el daño físico intencional al propio cuerpo. Tales acciones incluyen cortar, golpear el cuerpo, quemaduras, pinchar con objetos afilados, rascar la piel, etc.

La autolesión en la adolescencia está determinada por una combinación de factores psicológicos, sociales, culturales y biológicos. Más recientemente, la autolesión fue vista como un síntoma indicativo de trastornos psicopatológicos, pero hoy se sabe que un porcentaje significativo de adolescentes que cometen acciones autolesivas dañinas no necesariamente cumplen con los criterios de uno u otro trastorno mental. Es más apropiado entender este comportamiento en términos funcionales que como un diagnóstico separado.

En muchos casos, la autolesión indica problemas psicológicos. En el período de la vida de la adolescencia, aparecen nuevos métodos de control y manejo de la propia conducta, nuevas formas de influir en la conducta de otras personas, se transforma el ámbito de la designación de límites personales y la formación de una imagen de uno mismo.

La identidad en la adolescencia se forma a partir de la integración de ideas sobre uno mismo, el mundo y aquellos roles sociales a través de los cuales se produce la asimilación social del individuo. Es durante este período que se observan las características de la “identidad confusa” que, expuesta a condiciones desfavorables, puede transformarse en “identidad difusa”, es decir. La identidad es inestable, vaga, con falta de contenido interno estable, cuyo principal problema es la incapacidad para conectar y mantener unidas sus diferentes partes, característica del nivel límite de organización.

Durante la adolescencia, se producen transformaciones importantes que afectan tanto la imagen de uno mismo como la forma en que otras personas te perciben. La adolescencia es una época de extremos que puede incluir no solo tendencias rebeldes, sino también tendencias autodestructivas en la búsqueda de la identidad. Hay sugerencias de que el dolor tiene algo que ver con el autoconocimiento, la formación de la identidad. En cierto modo, la práctica de la autolesión de los adolescentes también puede entenderse como un intento de conocerse a sí mismo (esto también puede incluir métodos de modificación corporal sancionados por la sociedad - tatuajes, piercings, etc.). La autolesión proporciona una especie de identidad transitoria para el adolescente. A medida que la personalidad se desarrolla, esta práctica pierde su función y significado.

Adolescentes que experimentan dificultades en la autorregulación de sus estados emocionales y no tienen acceso a un adulto que realizaría la función de un "contenedor" que les ayudará a sobrevivir a estados incontrolables, espantosos, incomprensibles (contenidos), por lo que brinda estas experiencias. (en forma de identificaciones objetivas) a la madre, quien las aceptará y devolverá al niño en una forma más aceptable y fácilmente tolerada para él; con el tiempo, el niño adquiere la capacidad de realizar de forma independiente la función del contenedor) se ven obligados recurrir a la autolesión como el único medio disponible para calmarse a sí mismo. Las dificultades de autorregulación inherentes a esta edad encuentran su expresión en la impulsividad, la ansiedad, los problemas de autoestima y el manejo de las emociones.

Al considerar la autolesión como una forma destructiva de regulación emocional, los investigadores encuentran vínculos entre la cercanía emocional y la frecuencia de las autolesiones. Un repertorio reducido de regulación emocional se asocia con el abuso infantil y la adolescencia y la autolesión. Los adolescentes que llevan a cabo actos de autolesión disponen de un pequeño arsenal de métodos de regulación emocional y no son suficientemente conscientes de sus emociones.

Por lo tanto, la conducta no suicida puede etiquetarse como una forma dolorosa de autoayuda. El propósito principal de la conducta autolesiva es regular los estados emocionales y manejar los pensamientos ansiosos. Las lesiones no suicidas suelen funcionar temporalmente y se utilizan para aliviar experiencias negativas insoportables como la vergüenza, la culpa, la ansiedad, la frustración, una sensación de "muerte" y una forma de experimentar la realidad (luchar contra la despersonalización, la disociación) y regular la sexualidad. Las acciones autolesivas están precedidas por emociones negativas intensas, y estos actos llevan a los adolescentes a reducir las emociones negativas y la calma. En algunos casos, la autolesión está al servicio de ganar un sentido de control, así como de detener las experiencias disociativas. Algunos adolescentes informan que estas acciones funcionan como una forma de autocastigo por fallas y errores. Además, las lesiones no suicidas pueden realizar muchas otras funciones, como intentar influir en los demás, llamar la atención, confirmar la realidad del dolor (heridas, cortes como evidencia de que las emociones son reales).

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