¿Por Qué Siempre Hay Tres Participantes En La Terapia Y Quién Es Este Tercero?

¿Por Qué Siempre Hay Tres Participantes En La Terapia Y Quién Es Este Tercero?
¿Por Qué Siempre Hay Tres Participantes En La Terapia Y Quién Es Este Tercero?
Anonim

Hay dos participantes en la terapia: el terapeuta y el cliente. A primera vista, todo es lógico y predecible. Pero ¿por qué entonces no hay ningún efecto terapéutico en ninguna otra conversación? ¿En qué se diferencia una conversación normal entre dos amigos de una conversación de terapia? En una conversación terapéutica, se pone especial énfasis en el discurso del cliente.

El discurso del cliente es el tercer participante necesario en el proceso. Es decir, para una terapia exitosa, se necesitan tres elementos principales: terapeuta, cliente y su discurso … El terapeuta presta atención al hecho de que qué dice el cliente, cómo él dice y que es lo que realmente quiere decir … En el camino, el cliente hablará sobre su problema real, que lo llevó a la terapia, y para comprender cómo sucedió esto, el terapeuta tendrá que recurrir a los recuerdos del cliente para trazar el camino completo de la formación de tales formas de pensando y viviendo. Sorprendentemente, esta forma de pensar impregnará toda la historia del cliente. Decirle que el cliente verá sus actitudes inconscientes, patrones y conexiones que lo llevan a reacciones y consecuencias indeseables. Tal vez por primera vez en su vida, recreará su historia de tal manera que aclare, vea y se dé cuenta de cómo se percibe y se comprende a sí mismo en determinadas circunstancias. ¿De qué se trata realmente su historia? Podrá separar su relación personal consigo mismo de la relación de personas significativas (por ejemplo, madres). Esto significa que tendrá la capacidad de cuestionar la corrección y firmeza de las actitudes y fijaciones de los niños. Esta es una de las etapas más importantes de la terapia.

¿Qué significa cuestionar viejas actitudes? Significa desprenderse de la forma habitual de afrontar la vida en favor de lo nuevo, lo desconocido y, por lo general, nueva forma sin forma … Lo desconocido da miedo. En primer lugar, esto se debe al hecho de que no sabemos en qué confiar en esta incógnita, qué resultados obtendremos más adelante. La incertidumbre genera vacío. Y la psique no tolera el vacío. Durante este período, es muy importante que el terapeuta esté con el cliente en este vacío. Pero, es aún más importante que el discurso del cliente no desaparezca en este vacío. Al encontrarse con el vacío, lo describirá y así lo conocerá, lo conocerá y lo llenará de significado. No se puede dejar de enfatizar la experiencia del vacío en la terapia. Después de todo, este es el lugar donde puede nacer un nuevo significado y, por lo tanto, una nueva actitud hacia la vida, hacia uno mismo y nuevas oportunidades más maduras para la autorrealización. Al discutir estas posibilidades con el terapeuta, el cliente no solo habla de ellas, se escucha a sí mismo, sino que también recibe retroalimentación y, por lo tanto, ve más profundamente su forma de pensar. Al mismo tiempo, ve sus inconsistencias, acantilados e inconsistencias. Esto abre la oportunidad de eliminar inconsistencias y rupturas en el pensamiento y construir nuevas secuencias y conexiones a un nivel consciente. Y darse cuenta es dominar lo que antes te poseía.

Como resultado, el cliente recibe una experiencia invaluable y una herramienta con la que puede manejar sus afectos y comprender sus metas, formas de lograrlo y, lo más importante, es realista sobre sus capacidades y limitaciones. Su discurso se vuelve claro, significativo, capaz de diálogo constructivo y confrontación en aquellas situaciones en las que previamente vivió el afecto.

psicólogo Kishchinskaya Alla

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