Una Historia Sobre Papá. Historias Que Le Ayudarán A Afrontar La Pérdida

Una Historia Sobre Papá. Historias Que Le Ayudarán A Afrontar La Pérdida
Una Historia Sobre Papá. Historias Que Le Ayudarán A Afrontar La Pérdida
Anonim

-¿Qué te pasa, querida? - preguntó la abuela Lida.

-Miedo, abuelita. A veces no puedo dormir”, respondí con un suspiro y sentí que mi garganta se apretaba con espasmos, como si alguien la apretara con manos fuertes.

- ¿Por qué? - La abuela enarcó una ceja inquisitivamente, sentándose a la mesa frente a mí, - ¿Quién te asustó?

-Cuéntame de papá, solo dime algo, bah. No sé por qué los pensamientos son sobre él todo el tiempo, todas las noches y todo el día. Estoy muy triste, me asusta la idea de que esto siempre será así, él ya no lo será. A veces me distraigo, me regocijo en el sol, me encuentro con un amigo y luego me parece que soy culpable frente a él, que me olvido, pero no debería, no debería olvidar - en ese momento sentí una sensación de ardor en mi nariz y estaba avergonzado por las lágrimas que corrían por mis mejillas arroyos abrasadores. Se me cayó la garganta.

-¿Qué contar? - suspiró la anciana, se enjugó los ojos con un delantal y prosiguió, - Es una buena persona, sincera (tropezó confundida, sin saber cuándo contar a continuación - en el presente o en el pasado y continuó.): no dijo malas palabras, ayudó a las personas lo que no piden, se lo quitará a sí mismo y se lo dará a los demás. Era amable, todos los chicos de la calle lo seguían y tenía un dulce en el bolsillo para todos. Y no le gustaba el alma de sus hijos. Sí sobre esto, Nastenka, tú mismo lo sabes - miró por la ventana y, entrelazando su cabeza entre sus manos, lloró en silencio.

Y sentí mucha pena por mi abuela, porque tuvo que enterrar a su esposo e hijo en su vida. Ella, por fuera, es tan frágil y débil, pero una mujer increíblemente fuerte. Lloré con ella …

Luego miramos las fotografías, hojeamos viejos álbumes familiares, donde los rostros tranquilos de familiares desconocidos para mí se veían con calma en fotos en blanco y negro. La abuela contó sobre diferentes personas, historias, destinos. Escuché.

Nos acostamos tarde, la leña crepitaba en la estufa, una ventisca aullaba fuera de la ventana, las sombras de los árboles se deslizaban por las paredes. No pude dormir. Los recuerdos flotaban en mi cabeza.

El sol se derramaba sobre la calle, mucha luz yacía sobre los árboles nevados y los techos de las casas. Ojos cegados. Papá y yo nos reunimos para las ramas de abeto en el bosque para el Año Nuevo. Llevaron un trineo, cuerdas, una sierra pequeña y un hacha pequeña. El camino es largo, unos 5 kilómetros, hay mucha nieve, no se puede ir rápido. Fue más fácil mientras caminábamos por los caminos despejados del pueblo, pero estábamos completamente empantanados en el bosque. Apenas caminamos, medimos la nieve con nuestras botas. Avanzamos 500 metros por el sendero.

De repente, en el bosque cercano hubo un aullido y se cortó abruptamente, se volvió aterrador, mi corazón latía rápido y mi cuerpo se entumeció.

-Pp-ap-ah, lobos, - apenas dije con voz cambiada, - No podemos huir, porque está nevando.

-Espera, no había lobos en el bosque, en verano los cazadores disparaban a uno, nadie más escuchó ni vio. El ganado del bosque fue tejido directamente. No puede ser - respondió con confianza, pero estaba cauteloso.

Empezamos a escuchar, silencio. Pero a dos de ellos no les podía parecer, era peligroso ir más lejos.

Nos dimos la vuelta apresuradamente, tratando de ponernos en camino. Y entonces el aullido volvió a sonar, y pareció que ahora sonaba más cerca.

-Espera -dijo el padre-, creo que no es un lobo, sino un perro. Los cazadores me dijeron que los lobos aúllan de manera uniforme, melodiosa, y que el aullido de un perro es abrupto, desagradable, y empieza a ladrar.

- ¿Y? Que un perro salvaje y un lobo no son lo mismo, ¿verdad? Vayamos rápido.

"¿Qué pasa si es solo un perro entrando, congelado, y ahora abandonaremos el bosque?", Se rió papá.

-Y qué te propones hacer, - comencé a enojarme.

Hubo un ladrido. Ahora se hizo obvio que este es un perro, pero cuál y por qué, no quise aclarar. Ya me habría ido a casa.

-Espérame aquí, ya veré, no me acerco.

Rompió el palo, tomó el hacha y caminó hacia el lado de donde venía el sonido. Observé ansiosamente a la figura que se alejaba. Le tomó unos 10 minutos, el animal gimió en voz alta y luego se calmó. Después de un rato, se escucharon los pasos de papá. Cuando salió de un pequeño barranco y se volvió distinguible, vi una sudadera ensangrentada en mis manos. Los pasos eran lentos y pesados.

- ¿Qué pasó? - Me apresuré a encontrarme.

-Está bien, Nastya. Estoy completo, el perro se metió en una trampa, se rompió la pierna.

Cuando desenrollé el paquete, había un perro demacrado, manchado de sangre y temblando superficialmente.

“Necesita regresar, necesita ayuda”, dijo papá con notas de alarma y preocupación.

"Sí", estuve de acuerdo.

Colocamos al perro ligeramente en el trineo y lo atamos con cuerdas. Los trineos estaban cargados, después de 40 minutos salimos a la carretera despejada.

Entonces Jeff apareció en nuestra familia, un lindo mestizo de estatura media, con cabello largo y ojos inusualmente amables. Se desconoce cómo se encontró el perro en el bosque, cuánto tiempo los heridos permanecieron en el frío.

En un sueño, soñé con papá, por primera vez en 2 meses después de su muerte, no podía llorar, caminamos por el bosque, hablamos y nos reímos. Él tomó mi mano …

De alguna parte vino la confianza de que papá se quedaría conmigo en mi corazón, incluso si soltaba mi mano, si no podía abrazar, hablar, pedir protección. El amor no cesa (decía la abuela, citando el texto de la Biblia), el amor siempre permanece.

Recomendado: