Enfrentando La Crisis De Identidad Moderna: Posibilidades Del Método Symboldrama

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Anonim

La historia de la formación del concepto de identidad tiene sus raíces en la investigación de Z. Freud, quien en su obra "Psicología de masas y análisis del yo humano" utilizó el término identificación. Identificación o identificación significaba la manifestación más temprana de una conexión emocional con otra persona.

Los primeros estudios del problema de la identidad están asociados con los trabajos de J. G. Mead, C. Cooley y otros científicos de la Universidad de Chicago. La aparición del término identidad en sí está asociada con los nombres de E. Erickson y E. Fromm.

Según la investigación moderna, la definición de identidad generalmente aceptada es la siguiente: la identidad es un componente importante de la autoconciencia, la "autoimagen", que determina en gran medida el comportamiento de un individuo, sus pensamientos y sentimientos. La identidad actúa como un elemento formador de significado integral de la personalidad, que tiene un carácter cognitivo-afectivo e influye en los valores, el pensamiento, el comportamiento de una persona; da certeza a una persona, establece los límites de su lugar en el mundo social.

La identidad se entiende como la integración de una persona y una sociedad, cuando todos tienen la oportunidad de responder a la pregunta: "¿Quién soy yo?" El término "crisis de identidad" en sí mismo fue introducido en uso científico por Eric Erickson en el proceso de investigación de las neurosis militares entre los submarinistas. Muy a menudo, una crisis de identidad se manifiesta como una contradicción, una inconsistencia del estatus social existente de una persona o grupo con los requisitos de una situación social modificada.

Es posible destacar los signos más comunes característicos de este estado: insuficiencia de autoestima; perdida de perspectiva; pesimismo creciente; cambio en la actividad social; la aparición de juicios intransigentes y comportamiento socialmente agresivo; mayor interés en cuestiones metafísicas y esotéricas, etc.

Como resultado de esto, comienzan a manifestarse diversas emociones y estados. Estos son el miedo, la ansiedad, la depresión, la inestabilidad emocional, la apatía, la pérdida de fuerza, la falta de voluntad para hacer algo, la confusión, la agresión, la irritabilidad, el resentimiento, la exacerbación de enfermedades crónicas y muchas otras. Dr.

La situación sociopolítica de los últimos años en todo el mundo y específicamente en Ucrania provoca estrés emocional y mental en la mayoría de la población. Es seguro decir que este estrés contribuye al crecimiento de diversas desviaciones en el funcionamiento de la psique, la exacerbación de problemas crónicos y la aparición de nuevos problemas.

No todos los casos de personas que buscan ayuda psicológica y psicoterapéutica presentan signos de una crisis de identidad. Pero la situación de tensión implacable y conflicto no resuelto contribuye a esto de todas las formas posibles.

En este sentido, el problema de la crisis de identidad plantea tareas específicas a los especialistas para superarlo.

Hay una serie de puntos importantes a considerar cuando se trata de una crisis de identidad.

Un cambio en las condiciones de vida habituales provoca una reestructuración de la autoimagen, que se desarrolla en dos procesos opuestos: conservación y cambio. Mantener puestos clave, un intento de mantener el nivel de vida, para mantener condiciones significativas de funcionamiento. Y al mismo tiempo, el deseo de cambiar la situación externa, influir en ella, ajustar las condiciones por sí mismos. Y en caso de falla (total o parcial), cambie la actitud interna ante las nuevas condiciones de existencia.

En general, la situación cumple con los parámetros de una crisis de personalidad. Podemos decir que la crisis de identidad y la crisis de personalidad son eslabones de una misma cadena. Además de la similitud, es necesario notar las diferencias en la manifestación de estos fenómenos. Una crisis personal puede ser normativa (cambios relacionados con la edad) o anormal (divorcio) y surge en el marco del funcionamiento del propio individuo y su entorno inmediato. Una crisis de identidad suele ser causada por trastornos sociales y afecta inevitablemente al nivel personal, pero tiene consecuencias más profundas e impredecibles, cambiando las ideas de una persona sobre sí misma.

Erickson define la identidad como una formación de personalidad compleja que tiene una estructura de varios niveles:

1) el nivel individual; 2) nivel personal; 3) nivel social.

En el primer nivel identidad se define como el resultado de la conciencia de una persona de su propia extensión temporal, incluida una cierta idea de sí mismo, tener un pasado y mirar hacia el futuro. En el segundo nivel, Erickson define la identidad como el sentimiento de una persona de su propia unicidad, la unicidad de su experiencia de vida, que causa cierta identidad, algo más que una simple suma de identificaciones de los niños.

Finalmente, en el tercer nivel, la identidad es ese constructo personal que refleja la solidaridad interior de una persona con los ideales y estándares sociales, grupales y, por lo tanto, ayuda al proceso de autocategorización: estas son nuestras características gracias a las cuales dividimos el mundo en similares y diferentes. unos. Erickson dio a esta estructura el nombre de identidad social [5].

La teoría de la identidad social de Tajfel y Turner sostiene que una persona tiene la necesidad de percibir a sus propios grupos como superiores a otros grupos en términos de indicadores particularmente significativos. Al mismo tiempo, una persona se idealiza hacia su propio grupo (favoritismo grupal) y despectivamente hacia los grupos de otras personas. Según los autores, una persona puede aumentar los sentimientos positivos hacia su grupo al menospreciar o evaluar negativamente a los grupos de otras personas. En los casos en que el propio de un grupo pertenece tradicionalmente a grupos con un estatus social bajo, una persona de una forma u otra intenta enfatizar la singularidad de su grupo, sus diferencias significativas con los demás.

Varias discusiones sobre temas políticos, en las redes sociales y los medios, durante el tiempo pasado, ilustran este proceso de manera bastante vívida.

El contenido de la crisis es un estado emocional agudo que surge en una situación difícil de colisión de una persona con obstáculos en la forma de satisfacer sus necesidades más importantes. Como signos de una crisis, que también pueden servir como criterio para su diagnóstico, se denominan: la presencia de un evento que genera estrés, que lleva a la frustración y acompañado de un sentimiento de desesperanza, un colapso en el logro de metas vitales; experimentando dolor; sentimiento de pérdida, peligro, humillación; sentimiento de insuficiencia; destrucción del curso habitual de la vida; incertidumbre del futuro; falta de integridad de la visión de la situación; temor; desesperación; sentimientos de soledad y rechazo; sufrimiento.

Las intenciones y fantasías suicidas son la clave del simbolismo de vivir una crisis. A. N. Mokhovikov señala que el motivo más común es evitar el dolor mental subjetivamente intolerable. El nacimiento de uno nuevo a menudo va acompañado de la necesidad de una separación dolorosa, cuando es necesario desprenderse de una parte de la experiencia con la que la persona se identificó anteriormente, de la que podría decir "este soy yo", "esto es Mia."

Según el parámetro de tiempo, las crisis se subdividen en: agudas, de corta duración; a largo plazo; constante.

Desde el punto de vista de la dinámica, hay 4 etapas sucesivas de la crisis (J. Kaplan):

1. Crecimiento primario de la tensión, estimulando las formas habituales de resolución de problemas;

2. Mayor crecimiento del estrés en condiciones en las que estos métodos son ineficaces;

3. Tensión aún mayor, que requiere la movilización de fuentes externas e internas;

4. Con un curso desfavorable, si la crisis no se ha resuelto, se produce un aumento de la ansiedad y la depresión, un sentimiento de desamparo y desesperanza, que conduce a la desorganización de la personalidad.

Una crisis puede terminar en cualquier etapa si desaparece un peligro externo o se encuentra una solución a la situación. En la actual situación sociopolítica prolongada, es la psicoterapia la que hace posible que el paciente encuentre esta solución.

La temporalidad y reversibilidad de la crisis de identidad depende de la disponibilidad de recursos del paciente: oportunidades internas y / o externas para recibir apoyo, aprobación, fortaleza mental. La presencia o ausencia de recursos en el momento de los trágicos hechos que llevaron a una persona a ver a un terapeuta es de gran importancia. La combinación de síntomas, crisis de edad que coinciden con eventos externos, ponen al paciente en riesgo de una crisis de identidad.

El pronóstico del éxito de la terapia puede depender de muchos factores. Por ejemplo, a nivel de integración personal. La dependencia en este caso puede incluso ser la opuesta: cuanto menor es el nivel de madurez personal, más fácil es el proceso de adaptación a la influencia para una persona. Menos dudas, más determinación.

Symboldrama, como uno de los métodos de psicoterapia más eficaces, ofrece una amplia gama de enfoques, métodos y técnicas para hacer frente a una crisis de identidad.

El psicoanálisis, que es la base de este enfoque, promueve la comprensión y aceptación de la situación actual, la restauración de la esfera cognitiva, el establecimiento y explicación de relaciones de causa y efecto en los acontecimientos de la vida del paciente.

El contacto psicológico entre el terapeuta y el paciente, basado en el respeto mutuo, el apoyo emocional y la aprobación, se convierte en la base de las identificaciones positivas y contribuye a restaurar la fe en uno mismo y en las propias fortalezas.

Como método basado en el trabajo activo de la imaginación, el drama simbólico permite construir una nueva realidad, una nueva imagen del "yo". Debido a la singularidad del aparato mental de cada paciente, esta imagen conserva las características de la singularidad de la personalidad misma. Y el reflejo y la contención del psicoterapeuta de los sentimientos del paciente se convierte en un recurso poderoso para superar la crisis.

Los principales objetivos de la psicoterapia para ayudar a resolver las crisis de identidad son:

• reconciliación gradual de las inevitables contradicciones en la autoimagen, • restauración de la continuidad de la percepción de la imagen yo antes y después de los hechos trágicos, • Integración de la identidad del yo en todos los niveles: individual, personal, social, • Eliminación de oposiciones rígidas restaurando los cimientos de la autoimagen y ampliando el repertorio de identificaciones aceptables.

• desarrollar flexibilidad para responder a situaciones estresantes, • formación de intercambiabilidad más fácil entre roles sociales en diferentes grupos sociales.

Consideremos las principales posibilidades y técnicas específicas para trabajar con este problema.

1. Restaurar la percepción de la continuidad de la existencia: trabajar con las partes "Antes, Después, Ahora"; técnica "Línea de vida";

2. Reevaluación de hechos y aceptación de la situación: "Preséntate a tener 80 años", "Carta del futuro", "Mi día en 5 años";

3. Responder a la agresión y al dolor mental: "Leo", "Remolino", "Presentan sensaciones insoportables en forma de fenómeno natural";

4. Búsqueda de recursos: "Caminata a un sabio", "Un equipo de ayudantes", "Un animal que necesita ayuda";

5. Perdón y despedida: "Un nudo en el camino", técnica "Barco", "Regalo de despedida";

6. Restaurar la sensación de seguridad y autonomía: "Una hermosa flor", "Un lugar seguro donde me siento bien", "Construir una fortaleza";

7. Formación de una nueva imagen de "Yo": "Construcción de una nueva casa", "Parcela propia", "Yo ideal", "Gato montés"

8. Centrarse en el futuro: "Mi día en 5 años", "Capa de camino", técnica de establecimiento de objetivos "5-3-1".

Quedan por decir algunas palabras sobre la personalidad del propio psicoterapeuta en la corriente principal del problema moderno de la crisis de identidad. Por supuesto, el cambio social afecta a todos personalmente y a toda nuestra comunidad en su conjunto. Y es precisamente esa parte de la identidad que corresponde a la autodeterminación profesional, la actividad, la flexibilidad en la valoración de lo que está sucediendo, lo que hace posible nuestro trabajo con la población que ha pedido ayuda en este momento difícil. Una crisis no es solo la muerte del primero, sino también la posibilidad de construir una nueva imagen del “yo”. Ser flexibles, tolerantes, humanos, profundos, responsables, estables, empáticos, atentos y renovarnos constantemente no es una condición hoy, sino un requisito para nuestra profesión. Cada vez que nos encontramos con un paciente, nos hacemos la pregunta: "¿Quién soy yo?" y buscando una respuesta.

Con base en lo anterior, se pueden extraer las siguientes conclusiones:

1. La situación social actual, que conduce a una crisis de identidad entre la población, pone ante los especialistas la tarea de dominar las habilidades del trabajo psicoterapéutico para superarla.

2. El método del drama simbólico ofrece amplias oportunidades para superar la crisis de identidad.

3. La principal herramienta en el trabajo sigue siendo el propio especialista, sus capacidades personales y profesionales, multiplicadas por la experiencia de los compañeros y de toda nuestra comunidad profesional en su conjunto.

Literatura

1. Erickson E. Identidad: juventud y crisis: Per. del inglés / común. ed. y prólogo. Tolstykh A. V. - M.: Grupo editorial "Progress", 1996. - 344s.

2. Kernberg O. F. Agresión en los trastornos y perversiones de la personalidad / Per. De inglés A. F. Uskov. - M.: Firma independiente "Class", 1998. - 368 p.

3. Mahler M., McDewitt J. B. El proceso de separación-individuación y la formación de la identidad // Revista de Psicología Práctica y Psicoanálisis 2005 No. 2

4. Análisis de las aproximaciones al surgimiento de la identidad en la ciencia psicológica / Kh. I. Turetska // Actualización de la sabiduría, formas y métodos de desarrollo y desarrollo en las hipotecas de la educación: zb. ciencias. bien. Notas científicas de la Universidad Estatal Humanitaria de Rivne. - Rivne, 2007. - Vip. 37. - págs. 232-236.

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