2024 Autor: Harry Day | [email protected]. Última modificación: 2023-12-17 15:43
En mi primer viaje a Nueva Orleans, visité al Maestro de las cartas del Tarot, Avery. Se distinguió favorablemente de sus compañeros mimos como magos con ropas góticas decoradas con cuentas, sus dedos estaban decorados con anillos, amuletos y bolas de cristal que yacían orgullosamente sobre la mesa. Avery estaba vestido con ropa de calle y hojeaba un libro sin cuidado, ofreciendo sus servicios a un precio de ganga: adivinación para mí y para mi amigo por el precio de uno. Mientras se barajaba la baraja del tarot, Avery me preguntó qué quería saber sobre mi vida. Entre los muchos temas sobre los que me gustaría preguntar, de repente dije: "¿Puedo saber ¿Soy una buena persona?"
Me miró atónito. “Esto no es lo que la gente suele preguntar”, dijo. Por eso le pregunté. Este es el tipo de pregunta que yo clasificaría como una de las que normalmente nunca se le hace a un ser querido.
Preguntas similares:
¿Soy atractivo?
¿Por qué la gente me odia?
¿Estoy molesto?
Los seres queridos pueden percibir estas preguntas como un intento de encontrar cumplidos o una invitación a la franqueza, lo que puede dañar la frágil autoestima. Otra cosa es hacer estas preguntas a un extraño. No tiene historia en común contigo, no hay razón para ser duro o más lisonjero. El extraño no se preocupará por los sentimientos y nunca volverá a verte. Avery, nunca me había conocido antes y me dijo que la pregunta en sí sugiere que en realidad soy una buena persona. Objeté que sentía exactamente lo contrario. Hice esta pregunta porque en algún nivel lo dudaba.
Inmediatamente pensé en Sigmund Freudequien, hace aproximadamente un siglo, inventó el sentimiento de duda. Sugirió que los humanos son intrínsecamente egoístas y se centran principalmente en su propia supervivencia individual. Nos comportamos "mal" porque esa es nuestra verdadera naturaleza.
Está escribiendo:
"Las investigaciones psicológicas, o más estrictamente psicoanalíticas, muestran que la esencia más profunda de la naturaleza humana, la que existe en cada uno de nosotros, está dirigida a satisfacer ciertas necesidades de autoconservación, agresividad, necesidad de amor e impulsos para lograr el placer y evitando el dolor ".
Para Z. Freud, el impulsor innato del comportamiento: el deseo de autoconservación está en desacuerdo con la idea social de que todos deberíamos vivir en armonía (o ser buenos). Escribe: "El instinto natural de agresividad en una persona es la hostilidad hacia todos, se opone al programa establecido por la civilización".
¿Tiene razón Freud? ¿Soy una mala persona que se ve obligada a seguir la norma de "ser bueno"? ¿O mi amigo Avery de Nueva Orleans tiene razón?
Veamos qué nos dice la ciencia moderna
Los investigadores de la Universidad de Yale utilizaron títeres para determinar si los niños eran inherentemente altruistas. En un experimento, los niños vieron una pequeña obra de teatro en la que las muñecas intentaban subir una colina. Luego se ofreció a los niños una opción: ayudar a las muñecas a superar el obstáculo o interferir. Al final resultó que, los niños eligieron ser ayudantes en lugar de obstáculos.
Tom Stafford, quien escribió sobre el estudio para la BBC, sugiere que este comportamiento sugiere que las personas están predispuestas a ser buenas, al menos al principio de sus vidas:
"La implicación de este experimento es que los niños pequeños, con sus cerebros 'preculturales', no estaban limitados por expectativas sobre cómo debería actuar la gente, y preferían brindar ayuda".
El Dr. Bobby Wegner, psicólogo clínico y miembro de la Universidad de Harvard, está de acuerdo. Ella dice: "No hay bebés malos". En el centro de nuestra personalidad se encuentra la verdadera esencia: amabilidad, compasión, cariño, curiosidad y tranquilidad ". El medio ambiente es lo que siempre se interpone en el camino de la verdadera esencia de una persona, dice. Por ejemplo, "Alguien que ha sido abusado puede crear un mecanismo psicológico que dañe preventivamente a otros para protegerse". En su trabajo, no utiliza la definición de "bueno" o "malo", sino que crea un ambiente seguro, escuchando con interés y simpatía, estimulando así la auto-revelación.
Dacher Keltner, profesor de la Universidad de California en Berkeley, cita otro estudio en el que las personas experimentaron dolor cuando vieron el dolor de los demás. "Es como si estuviéramos conectados a la misma red para comprender las experiencias de otras personas", dice. En lugar de etiquetar a las personas como "buenas" o "malas", Keltner sugiere identificar primero los motivos personales. Admite que el 60% de las veces, nos guiamos por el principio de "placer personal" o "supervivencia", pero el 40%, "hacemos algo por otras personas; nos sacrificamos y corremos riesgos si podemos ayudar. Ayudando a los demás", nos inspiramos personalmente y nos involucramos en el trabajo.
Actuar "bien" y ser "bueno" no es lo mismo, dice Mary Beth Somich, psicoterapeuta de Carolina del Norte. Los medios de comunicación nos alientan a actuar "bien" para obtener la aprobación de los demás, en lugar de actuar desinteresadamente para obtener una verdadera recompensa interior. Por eso, Somich dice que la única persona que puede decidir si eres una buena persona eres tú mismo. (¡Lo siento, Avery!)
Si realmente lo desea, puede utilizar algunos indicadores que satisfarán su curiosidad sobre usted mismo. Este es su Código de Honor. Meredith Strauss, psicoterapeuta de Nueva Jersey, sugiere utilizar las siguientes preguntas:
¿Soy compasivo con otras personas?
Misericordioso, ¿soy generoso?
¿Puedo mostrar amor a mis seres queridos cuando lo necesiten? ¿O simplemente estoy haciendo esto para ser "políticamente" correcto?
¿Qué dirían mis amigos o familiares sobre mí si se les hiciera esta pregunta?
¿Cuál es tu contribución a este mundo?
Hay otra forma de ver la moralidad fuera de los juicios: "mala" o "buena" sugiere el Dr. Paul de Pompo, un psicólogo del sur de California. Dice que: "Cada uno de nosotros es capaz de hacer un" mal "acto, y si lo ponemos en la base de nuestra autoimagen, nos veremos reflejados como en un" espejo distorsionador ", y al mismo tiempo tú puede hacer mucho "bien".
La mejor opción sería formular de forma independiente "una buena persona, esto es …" en 3-7 palabras y evaluarse a sí mismo en esta escala. Si te ves a ti mismo en el medio de la escala teórica, entonces "eres relativamente bueno, mientras que eres un humano imperfecto, lo que en última instancia te hace humano".
¿Entonces, qué piensas? ¿Eres un buen hombre?
Traducción: Andrey Zlotnikov
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