¡El Trabajo Espiritual También Es Trabajo! La Pereza Mental Es Un Obstáculo Para El Autodesarrollo

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¡El Trabajo Espiritual También Es Trabajo! La Pereza Mental Es Un Obstáculo Para El Autodesarrollo
¡El Trabajo Espiritual También Es Trabajo! La Pereza Mental Es Un Obstáculo Para El Autodesarrollo
Anonim

Internet está lleno de técnicas prácticas y concretas que pueden llevar el desarrollo humano al siguiente nivel. Materializar lo deseado y trabajar a través de las emociones, una lista de gratitud y pensamiento positivo, la técnica de la atención plena y la concentración, todos estos métodos son importantes y necesarios para sanar su propia psique. ¿Por qué tan pocos logran ir más allá de lo familiar y realmente cambiar sus vidas?

La respuesta obvia se sugiere a sí misma: pereza mental.

A diferencia del ejercicio físico, las prácticas mentales y espirituales tienen lugar al amparo de la inmovilidad externa. La mayoría de nosotros estamos acostumbrados a la idea de que la productividad física es un signo de una persona exitosa y orientada a los resultados. Nuestro entorno anima y apoya a las personas activas de todas las formas posibles.

Vivimos en una era en la que las trampas externas del éxito se equiparan con el éxito mismo. ¿Qué significa? Si vemos una foto de una persona en una fiesta en una red social, asumimos que esa persona es feliz, socialmente exitosa y disfruta de la vida. También asumimos que estar en una fiesta es una calidad de vida esencial para una persona feliz. Esta definición de "felicidad" nos anima a ir a fiestas, incluso si no nos sentimos realmente atraídos por ellas. Al hacerlo, reprimimos la insatisfacción que inevitablemente experimentamos en todas las partes. En realidad, actuamos en detrimento del trabajo interno, que nos ayudaría a descubrir que detrás del deseo de estar presente siempre y en todas partes se esconde un malentendido y una subestimación de los deseos personales, que impide la consecución de la felicidad real. ¿Has oído hablar del síndrome de FOMO? (* FOMO = Miedo a perderse; Miedo a perderse algo importante).

El trabajo espiritual e interior parece ser secundario. Nunca hay tiempo para eso. Para una persona de nuestro tiempo, parece poco atractivo también porque el proceso de su implementación no es suficiente para recibir los elogios del colectivo. La mayoría de las prácticas se realizan en soledad, silencio e implican un contacto cercano con emociones incómodas, no reconocidas y reprimidas.

Muchos de nosotros vemos el trabajo interno como algo secundario a la productividad, que hoy en día se asocia comúnmente con un conjunto de acciones específicas que conducen al éxito materialmente manifestado. Sin embargo, la ironía es que el primer paso para prepararse para un estado de ánimo productivo es precisamente que una persona debe hacer la mayor parte del trabajo interno. Dado que se devalúa la importancia de dicho trabajo, la motivación para realizarlo, que es absolutamente natural, tiende a cero.

Si, al estar en un equipo, una persona siente la necesidad de desempeñar un papel, entonces al estar solo consigo mismo, puede que se relaje un poco. Agotado por mantener el estatus, una persona no encuentra la energía libre en sí misma para dedicar tiempo a las técnicas regulares en los palacios de su mente.

La segunda razón de la pereza mental: no estamos acostumbrados a hacer las cosas por nosotros mismos. El autorreproche y la abnegación, el desamor por uno mismo son las cualidades que la familia y la escuela han depositado en nosotros a través de un malentendido de lo importante que es aceptar todas las emociones y trabajar con ellas.

Para amarte a ti mismo, necesitas aprender a escucharte a ti mismo. El psicólogo integral Teal Swan ofrece una excelente manera: cada vez que necesite tomar una decisión, hágase la pregunta: "¿Qué elegiría una persona que se ama a sí misma?" Teal se centra en la necesidad de escuchar la voz interior o, en otras palabras, la intuición, la voz del corazón. La diferencia entre la intuición y la voz familiar de la razón es que la voz del corazón siempre suena neutra o amigable, sin refuerzo intelectual. Tan pronto como sienta que la racionalización mental ha entrado en acción, tenga la seguridad: esta es la voz de la mente

Falta de confianza en la efectividad de las prácticas. - otra razón para abandonar el trabajo espiritual sistemático. De vez en cuando escuchamos la máxima: "Los pensamientos son positivos". "Lo que piensas, así te conviertes." ¿Qué nos impide adoptar las pautas antes mencionadas?

A veces, las personas dicen que el pensamiento positivo es difícil porque les parece antinatural. Por el contrario, percibimos las actitudes y reacciones negativas como naturales. Percibimos un cambio deliberado en nuestra forma de pensar como un paso en contra de nuestra naturaleza. ¡Y este sentimiento es natural, natural! Después de todo, pasamos toda nuestra vida perfeccionando la habilidad del pensamiento negativo. Desde la primera infancia, aprendemos a suprimir partes importantes de nosotros mismos, esculpiéndonos en una escultura aceptable para el colectivo. Con el tiempo, las actitudes formadas en la familia toman el timón y comienzan a guiar nuestras vidas.

Entonces, las tres razones principales por las que descuidamos trabajar en nuestra propia psique son las siguientes:

  1. La insignificancia del trabajo espiritual en comparación con las manifestaciones externas del éxito.
  2. Aversión a uno mismo.
  3. Desconfianza en la efectividad de las prácticas.

El trabajo interno produce resultados solo cuando lo hacemos con regularidad. Sin trabajo, sin resultado

Las soluciones rápidas que ofrecen los entrenadores motivacionales de todo el mundo a menudo sirven como un filtro de superficie o "píldora de la felicidad" que tomamos para escapar de la excavación, a menudo dolorosa e incómoda.

El trabajo interior es un trabajo necesario que precede a un estado de paz mental y felicidad. Solo 10 minutos al día dedicados a su práctica favorita pueden cambiar el estado mental de una persona.

Alguien "recibe" una lista de gratitud, alguien: meditación. A algunas personas les gusta hacer una lista de prioridades y llevar un diario de autoobservación. Algunos se sienten mejor haciendo su trabajo intelectualmente, superando traumas infantiles. Alguien necesita la presencia de un observador frente a un psicoterapeuta; algunos prefieren trabajar por su cuenta.

La individualidad de una persona dicta las técnicas internas más efectivas para el crecimiento mental de esa persona en particular. Solo cuando aprendamos a amarnos a nosotros mismos, a respetarnos a nosotros mismos y a escuchar claramente nuestras necesidades emocionales, podremos crecer en otras áreas de nuestra vida.

Lilia Cardenas, psicóloga integral, psicoterapeuta

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