Una Persona Que Camina (para Terapia). Expectativa Y Realidad

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Video: Expectativas vs realidad #2 2024, Mayo
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Anonim

Cuando estaba en mis primeros años de universidad, me parecía que las personas que van a terapia son casi una clase separada o incluso una especie. Porque cuesta dinero loco. Porque no funcionará rápidamente y requiere mucho esfuerzo. Era una especie de imagen ideal, como de una película, en la que una persona segura de sí misma entra en una oficina enorme y luminosa, llena de libros, y con una voz tranquila y mesurada habla sobre temas casi filosóficos, pasando de un razonamiento vacío a otro vacío. sobre el significado de la vida y - genial

Y el terapeuta (siempre sabiendo las respuestas a las preguntas) asiente en silencio y pensativo, haciendo preguntas ambiguas de vez en cuando e insertando comentarios multimetafóricos, pronunciando el nombre del diagnóstico en cada nueva consulta y una solución de acción rápida, como una aspirina.

En realidad, un cliente que acude a la psicoterapia es, en su mayor parte, una persona común. Va a las mismas tiendas, quizás bebe el mismo café en el camino o maldice mientras conduce.

Por ejemplo, puede ser una joven madre de dos hijos, que ha estado de baja por paternidad durante cinco años y ya casi literalmente está aullando. Y le encantaría ir a trabajar, pero no tiene idea de lo que quiere hacer ahora y por eso va a terapia. En busca de tu propio significado, para satisfacer tus propios deseos.

O un estudiante que ha cursado cinco años de la Facultad de Psicología, pero no ha encontrado respuesta a la principal pregunta que lo ha acompañado desde su colorida pubertad: "¿Qué me pasa?" Y entonces busca parejas por un trabajo a tiempo parcial, porque no puede arreglárselas solo, y es importante que comprenda el laberinto de sus propias dudas.

Puede ser un artista talentoso que se despertó un día en una gran ciudad llena de oportunidades y perspectivas, y sintió un vacío en su interior que no se puede iluminar con la paleta más brillante en el lienzo más genial. Y para no volverse loco y llenar de verdad este cráter existencial, se hunde en una silla y comienza a hablar.

Puede ser cualquiera, porque las dudas se apoderan de todos. Y no hay nada de vergonzoso o terrible en esto.

Siempre es conveniente culpar a los demás por no conseguir lo que quieres. El país, porque no se desarrolló lo suficientemente intensamente al llegar a la mayoría de edad. Amigos y esposo, por no brindarles el apoyo que quisieron o necesitaron en el momento adecuado. Padres: que no hicieron que la infancia fuera colorida y despreocupada, o que no sugirieron correctamente qué profesión elegir para volverse ricos y felices. Los padres suelen tener más de los otros "culpables".

No digas que no vas a terapia solo porque es inútil, caro y, en general, con una copa de martini con aceitunas, ya lo ha aconsejado un amigo. No vas, porque en el fondo de tu corazón no quieres cambiar algo en tu vida (o tienes miedo, que también es normal). Porque quien quiere busca oportunidades, encontrándolas en forma de programas de voluntariado, servicios de apoyo y trabajo en grupo

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