Las Defensas Más Habituales Contra La Vergüenza

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Las Defensas Más Habituales Contra La Vergüenza
Las Defensas Más Habituales Contra La Vergüenza
Anonim

¿Cómo evitamos la vergüenza? De diferentes formas, cada uno tiene su propio camino. Todo el mundo vive como puede y se salva como puede. Destaquemos algunas de las principales formas de ocultar su vergüenza.

1. Negación Es la defensa más eficaz contra cualquier sensación desagradable. El grado extremo de negación es la represión. Tendemos a desplazar lo que no nos gusta, lo que no queremos encontrar. La esencia de la negación es el autoengaño. Fingimos que no ha pasado nada, que no sentimos nada.

Como regla general, los eventos traumáticos, el abuso físico y sexual se ven obligados a salir. Junto con el hecho, también se reprime el sentimiento que lo acompaña. Encapsulamos todo esto dentro de nosotros mismos, asignamos contenedores separados en nuestra psique para esto y lo cerramos. Pero es imposible sellarlo herméticamente. Fonita: a través de nuestra vida, guía nuestras acciones y elecciones.

Para tales casos, se necesita psicoterapia. Abre tus contenedores, desempaqueta sentimientos inconscientes, vívelos con un especialista y trátalos. Todo lo que no se procesa en el cuerpo es venenoso.

2. Cuidado Es un intento de escapar de algo desagradable. Cuando una persona escapa de la vergüenza, puede hacerlo tanto física como mentalmente. Físicamente, por ejemplo, un intento de mudarse a otra ciudad, cambiar de lugar de residencia, cambiar de equipo.

Durante la vergüenza, una persona experimenta sensaciones desagradables, se sonroja, baja los ojos, se da la vuelta, hay una fuerte descarga de adrenalina. Para no empezar a pelear, llorar, gritar, estamos tratando de salir del escenario, alejarnos. Las personas que utilizan esta protección son conscientes de su vergüenza, se sienten visibles, sienten que ya no pueden soportarlo, que el dolor es suficiente. El cuidado ayuda a salvar su identidad de la destrucción.

El problema es cuando irse se vuelve habitual. Una persona evita cualquier situación, simplemente para no experimentar vergüenza. Pero luego, en este lugar, termina su desarrollo.

“La invisibilidad es otro síntoma de la necesidad de escapar de la vergüenza. La gente avergonzada se acostumbra a que ser vista es una humillación dolorosa; en sus intentos por protegerse de tales sentimientos, llegan a la conclusión de que lo más seguro es que nadie les preste atención. Estas personas desarrollan una notable capacidad para mezclarse con el entorno. Simplemente se niegan a llamar la atención sobre sí mismos, prefiriendo una posición detrás de escena en la vida, permitiendo que los demás sean reconocidos por las cosas buenas que hacen, para no ser rechazados por ninguna de sus deficiencias. El precio que pagan por la seguridad es que no pueden dar a otros la oportunidad de agradecerles. Estas personas no reciben una atención positiva y, por lo tanto, tienen pocas posibilidades de reforzar un agradable sentido de orgullo por sí mismas. Siguen convencidos de que algo anda mal con ellos y, por lo tanto, continúan ocultos en un segundo plano 1

3. Exhibicionismo (desvergüenza) - el otro extremo de la salvación de la vergüenza. Esta defensa es la más paradójica. Si la vergüenza nos hace escondernos, entonces el exhibicionista nos impulsa a llamar demasiado la atención. Una persona ignora las normas generalmente aceptadas de modestia y decencia. Desde caminar con ropas extrañas, hacer discursos en voz alta hasta la promiscuidad sexual.

¿Cuál es el punto de? Los niños en la infancia atraviesan un período en el que quieren ser el centro de atención, pero al mismo tiempo tienen miedo de ser abandonados. La vergüenza surge de la tensión entre el deseo de ser visible y el miedo a ser abandonado y atacado.

El exhibicionista afronta esta crisis de una manera especial. Él cree que estará seguro solo estando en el centro de atención, a plena vista. Lo peor para él es ignorar, por eso trata de ser siempre visible, notado, sin importar con qué sentimientos. Su tragedia es que no puede encontrar un lugar para sí mismo si no es el centro del universo.

4. Perfeccionismo - las personas avergonzadas experimentan constantemente miedo al fracaso. Son incapaces de tratar el error como un proceso natural de la existencia humana. Esto es una tragedia para ellos. El deseo de evitar errores se convierte en perfeccionismo.

Si la apariencia es importante para ellos, entonces no se debe quitar ni un solo cabello. Trabajo: tienes que trabajar mejor y lograr más que cualquiera de tus colegas. Si es un padre, entonces debe ser el padre o la madre más excepcional.

El perfeccionista no puede ser "promedio". Vive sólo en dos categorías estéticas "bello" y "terrible". Vive constantemente con una sensación de vergüenza inminente. Y solo la perfección puede salvarlo de esto.

El perfeccionista tiene poca tolerancia a la vergüenza, por eso gasta tanta energía en exceso tratando de evitarla.

5. Arrogancia Es una combinación de grandeza y desdén. La grandiosidad es un intento de exaltarse a uno mismo. El desprecio es el deseo de menospreciar a los demás. La persona arrogante saca su vergüenza y la proyecta sobre los demás. Los ve como más defectuosos, inconsistentes, imperfectos.

Una persona arrogante no se da cuenta de su arrogancia. Sus amigos y familiares lo ven. Se considera a sí mismo el mejor. Necesita creer en su singularidad y dones, para no experimentar su profunda insuficiencia.

¿Cómo paga un individuo así? Pone un muro entre él y los demás. Es incapaz de experimentar intimidad e intimidad. Para ello, la igualdad es importante. La igualdad le resulta insoportable.

6. Rabia Es la última forma de evitar la vergüenza. Si alguien se te acerca mucho y está a punto de ver tu imperfección, el mejor remedio es la destrucción del "insolente". La rabia hace posible mantener la distancia de los demás. “No puedo sobrevivir a la exposición de mi vergüenza. Atacaré si te acercas demasiado”1.

Las personas enojadas pueden ver el mundo como un lugar peligroso para avergonzarse. No tienen tiempo para relajarse y regocijarse. El costo de esto es la pérdida de contacto con los demás. Otros se apartan de ellos. Esto crea una vergüenza aún mayor: algo anda mal conmigo, nadie quiere hacer negocios conmigo. Sintiéndose aún más defectuosos, pueden aumentar su agresión y sus defensas.

La ira es una defensa dolorosa y costosa contra la vergüenza. Pocos que lo han desarrollado pueden rechazarlo.

Los sentimientos de vergüenza pueden ser insoportables. Las defensas descritas anteriormente: rabia, negación, retraimiento, arrogancia, perfeccionismo, exhibicionismo ayudan a una persona a esconder la vergüenza de sí misma y de los demás. Pero no solucione el problema. La vergüenza es el marcador donde nos traicionamos. Si quieres cambiar tu vida, trabajar con vergüenza es fundamental. Una de las mejores formas es la psicoterapia, el trabajo en grupo y el trabajo individual. ¡Yo recomiendo! ¡Ve a por ello!

Referencias: 1. Ronald T. Potter-Efron. "Vergüenza, culpa y alcoholismo"

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