"¡Ten Paciencia, Todo El Mundo Sufre!" Una Generación De Pacientes

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"¡Ten Paciencia, Todo El Mundo Sufre!" Una Generación De Pacientes
Anonim

"¡Ten paciencia, todo el mundo sufre!" Una generación de pacientes.

Mucha gente cree que la paciencia en la familia, en el trabajo, en las amistades es la base de una relación. Así nos enseñaron nuestras abuelas y padres. Pero no sabían que la otra cara de la paciencia es la muerte prematura y una enfermedad grave.

En esta paciencia sacrificada universal, durante siglos, los límites personales de las personas de la familia fueron erosionados y violados, durante siglos los esqueletos de resentimiento y culpa se escondieron en los armarios. Porque "Ten paciencia, todo el mundo sufre, y ten paciencia". Y ahora ha crecido una generación de "pacientes" que no tienen las palancas de las relaciones saludables, pero solo la manipulación del sacrificio y la violencia les permite construir relaciones.

El “paciente” aguanta años y manipula sobre la culpa de haber sido lastimado, y llega un momento en que el paciente (víctima) exigirá devolverle su energía de paciencia, aunque, con toda su apariencia, de forma manipuladora exige: “Mira cómo me Soy para que trato de aguantarte, pero tú …”. Pero, sucede que abiertamente, no, no, y hasta declara: "Me debes la paciencia". Así es como vivimos: aguantamos, manipulamos, enfermamos y morimos prematuramente. La notoria paciencia alabada por las religiones se está convirtiendo en un dominio absoluto alrededor del cuello de toda una generación. Para nosotros, no tolerar significa destruir, gritar, entrar en conflicto, ser destructivos y elegimos la destructividad en forma de paciencia. Uno es "mejor" que el otro.

Nadie piensa siquiera en lo que no tolerar significa establecer límites personales dentro de las relaciones, respetando los límites personales propios y ajenos. En un intento por parte de uno de los miembros de la familia (la mayoría de las veces un adolescente) de establecer sus propios límites personales, la familia reacciona con indignación e intenta reprimir los disturbios en el barco.

Así es como crece una nueva generación de personas "pacientes", sin respetar los límites personales propios y ajenos. En el trabajo, el jefe se burla, tolera, una madre anciana invade la familia adulta de una hija o hijo, tolera, un niño salta sobre la cabeza del padre, golpea a un padre, tolera, un amigo lo usa constantemente, tolera. Es esta vida? Se trata de una secta religiosa "soportada", en la que todo el mundo aguanta, porque el paciente después de sufrir en esta vida se debe al paraíso. ¿Y si no hay nada ahí? ¡Vacío ahí! Y aquí, en esta vida, simplemente te fusionas con tus propias manos en el sumidero de una relación violenta. Y organizas estas relaciones violentas primero contigo mismo y luego con el mundo.

¡No! Todos estos son chips de paciencia que tus antepasados te metieron en la cabeza y estos chips te llevan al sufrimiento y a una vida de sufrimiento incompleta. ¿Por qué soportar el dolor si no puede soportarlo, pero detenerlo delimitando los límites personales? Pero a nadie se le enseña esto, y muchas veces el violador y manipulador de la familia, en un intento de prohibirle manipular y violar, dice: "Me debes una, si no haces lo que me conviene, violas mis límites". " La gente está poniendo el mundo patas arriba porque definir los límites personales es un desastre para muchos. "Me dijiste que no, dijiste que no a mis expectativas, mis requisitos, mis reclamos hacia ti, lo que significa que eres un violador de mis límites". El abusador le dice a la víctima de la violencia: "No me dejas violarte y al hacer esto violas mis límites personales". Los manipuladores lo hacen a menudo: dan la vuelta a los hechos obvios y ahora el "paciente" o la víctima piensa: "Pero es verdad, no dejo que me use y esto viola sus límites".

Por eso multiplicamos esta violencia intrafamiliar y la transmitimos de generación en generación, alimentándonos de los religiosos “aguanta, sufre y llegarás al paraíso”. Se trata de un zombi psicológico que hace que un rebaño de ovejas obedezca al guía. La familia no es el lugar donde tienes que soportar y convertir las relaciones en esclavitud. Es con la familia que comienza la comprensión y la comprensión de los límites personales. En lugar de la notoria paciencia angelical, debemos aprender a hablar entre nosotros en términos de igualdad, aprender a respetar nuestros límites y los de otras personas. La paciencia en una relación no es una base, ni un apoyo, sino una bomba de tiempo.

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