"¡No Te Da Vergüenza!". Esta Frase Dificulta La Vida De Niños Y Adultos

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"¡No Te Da Vergüenza!". Esta Frase Dificulta La Vida De Niños Y Adultos
"¡No Te Da Vergüenza!". Esta Frase Dificulta La Vida De Niños Y Adultos
Anonim

"¡No te da vergüenza!". Esta frase dificulta la vida de niños y adultos.

Cualquiera ha escuchado la frase sobre la vergüenza al menos una vez. "¿No te da vergüenza comportarte así?" Con la edad, no dejan de avergonzarnos. Es una pena quejarse. Es una pena ser diferente a los demás. Hablemos de cómo la vergüenza destruye nuestras vidas.

Durante mucho tiempo he trabajado con personas con trastornos de la alimentación y de la imagen corporal. Lideró grupos terapéuticos. Después de uno de ellos, una niña me escribió y personalmente me pidió ayuda. Hablaba mucho de sí misma y de su vida, pero el leitmotiv de toda la correspondencia era una palabra muy breve y concisa: vergüenza.

Es una pena vivir en un cuerpo así. Me da vergüenza salir de casa. Es una pena ir a entrenar, porque allí todo el mundo es delgado. Es una pena hacer lo que quieres hacer.

¿Es ella la única avergonzada? Por supuesto no. La vergüenza no se trata solo de peso y cuerpo. Este fenómeno es mucho más profundo.

Que es verguenza

La tarea principal de cualquier persona es independizarse. No, no construir una carrera o un hogar, no tener muchos hijos. Es independizarse, lo que permite construir tu vida de acuerdo con tus deseos o necesidades. Si una persona no hizo frente a esta tarea, es decir, no se independizó, él, como ya entendió, sigue dependiendo de algo o de alguien. Y cualquier adicción da lugar a cosas familiares, pero desagradables: culpa y vergüenza.

Si dependo de alguien, me siento culpable si algo sale mal. Me avergüenza no estar a la altura de las expectativas de aquellos de quienes dependo. Si dependo de la opinión pública, esta misma sociedad me gobierna y me dirige.

Cómo nos "contagiamos" de vergüenza

"¡No te da vergüenza!" - los padres dicen si el niño, en su opinión, hizo algo mal. Muchos han escuchado este mensaje en su infancia. Una persona depende forzosamente de la familia, los padres y el medio ambiente durante mucho tiempo.

Los niños se sienten débiles e indefensos, mientras que los adultos fuertes y grandes se perciben como casi omnipotentes. En algún momento, el niño comprende: para sobrevivir, es necesario hacer lo que dicen los adultos "grandes y fuertes".

Si cumple con las expectativas, puede estar seguro. Pero aquí está la mala suerte: suelen avergonzarse después de haber hecho algo. Por lo tanto, el niño no tiene más remedio que pisar metódicamente las “minas” con sus acciones y recibir retroalimentación.

Hay otra forma de vergüenza: la vergüenza de la impotencia o la vergüenza de ser dependiente. Por un lado, es vergonzoso hacer lo que quieres (a otros no les gusta). Por otro lado, es una pena ser dependiente e indefenso. Esto se ve claramente en los mensajes de los padres: trabaja duro, sé independiente / independiente, cásate, confía en ti mismo, no pidas ayuda a los demás. Esto crea una situación absolutamente esquizofrénica: no importa lo que hagas, aún te sentirás avergonzado.

La gente no nace con vergüenza. Este fenómeno es social y se forma en la sociedad. Probablemente, alguna vez, cuando las personas vivían en grupos grandes, el sentimiento de vergüenza ayudó a vivir en este grupo de acuerdo con las reglas, lo que permitió a la persona sobrevivir. Sin embargo, los tiempos han cambiado.

Ahora es posible que una persona elija el grupo en el que se sentirá más cómodo. Y una habilidad muy útil y necesaria puede ayudarlo en esto: la capacidad de adaptación.

Escúchate a ti mismo sin "interferencias"

Para adaptarse eficazmente a las condiciones de vida y a las personas, es necesario poder escucharse a sí mismo, lo que le permitirá escuchar a los demás, para evaluar adecuadamente la situación. Hay circunstancias en las que necesita pedir ayuda. Hay situaciones en las que debe actuar en contra de las reglas. A veces no es necesario hacer nada, porque esa sería la mejor solución en la situación dada.

Por todo esto, necesitas poder escucharte a ti mismo sin interferencias y percibir la situación de manera objetiva. Y lo principal es confiar en ti mismo y en tus decisiones y ser responsable de ellas.

En todas las situaciones de una vida multifacética, la vergüenza aprendida en la infancia será un gran obstáculo. La voz de mamá o papá, hace 15-20-30 años, que decía: "¡Es una pena hacer esto!" Es imposible adaptar una solución a todas las situaciones de la vida, además, no la hicimos nosotros y durante mucho, mucho tiempo.

El sentimiento de vergüenza penetra profundamente en nuestra personalidad. En algún momento, generalmente en una cita con un psicólogo, una persona se da cuenta de que no sabe lo que quiere, es poco consciente de sus verdaderos deseos y necesidades.

Primero, no le enseñaron a ser consciente de sí mismo y de sus sentimientos. Y en segundo lugar, una persona se avergüenza de hacer muchas cosas, porque sus padres o parientes significativos así lo pensaron, lo que significa que la persona también esconde profundamente su “deseo”. La vergüenza profunda y destructiva requiere la aceptación sin prejuicios y el apoyo de la otra persona. Es mejor si esa persona es un psicólogo calificado.

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