Las Trampas De Las Relaciones Adictas En Las Parejas

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Las Trampas De Las Relaciones Adictas En Las Parejas
Las Trampas De Las Relaciones Adictas En Las Parejas
Anonim

Las trampas de las relaciones adictas en las parejas

Una relación de dependencia en un par es el resultado de una separación incompleta de las figuras parentales. La pareja de una persona emocionalmente dependiente se utiliza como un objeto sustituto utilizado en una relación para satisfacer las necesidades de padres e hijos. Como consecuencia, En este tipo de relaciones se destacan las necesidades del espectro hijo-padre: en el amor incondicional, en la aceptación sin prejuicios. Lo anterior no significa en absoluto que las necesidades mencionadas no tengan cabida en sociedades maduras, simplemente no son dominantes allí.

Estos son los fenómenos de adicción más llamativos en las relaciones:

Tomando todo personalmente

Deseo de poner excusas

Tendencia al resentimiento

Sentimientos de culpa que surgen con facilidad

Deseo de ser un socio valioso

Deseo de obtener la aprobación de un socio

Persona emocionalmente adicta se coloca automáticamente en la posición de un niño. Pareja él lo percibe como evaluador, controlador, condenando, instruyendo, acusando, ofendiendo. Y aunque esto puede tener poco que ver con la realidad, la realidad subjetiva, como un remolino, succiona el embudo de la experiencia previa y se convierte para una persona emocionalmente dependiente en su única realidad.

En consecuencia, cualquier reacción de un socio se interpreta como valoración, control, condena, instrucción, acusación. Por ejemplo, el mensaje de un socio con la pregunta: "¿Dónde estás?" percibido sin ambigüedades como control de su parte. Aunque pueda ser interés, inquietud, inquietud, participación …

En las relaciones, una persona así toma habitualmente una posición infantil, colocando a la otra en la posición de un padre. Si un socio acepta este puesto, entonces comienza un juego familiar para ambos socios: "No me amas, no me aceptas, no me entiendes, no aprecias …"

Todo esto lleva al hecho de que aparecen demasiadas emociones en la relación, se hace difícil frenarlas y de ahí surgen frecuentes conflictos, casi de la nada.

¿QUÉ HACER?

  1. Evite caer en la posición de un niño. Para hacer esto, es importante reconocer su patrón de relación automático. Si se sobrepasa el punto de impacto en la posición del niño, entonces ya es difícil hacer algo. Es importante aprender, incluso antes de tomar contacto, a no ponerse conscientemente en una posición infantil, manteniendo la posición de la presunción de inocencia y autoaceptación.
  2. Formar autoaceptación: aceptación de las propias cualidades como permisibles, posibles, sin tratar de deshacerse de ellas. Cuanto más lograste aceptar en ti mismo, mejor, más holística, integración, tu identidad se vuelve más consistente: soy una persona así y estoy bien. Entonces hay algo en lo que confiar, aparece la estabilidad.

Y antes de eso, es necesario trabajar a través de la experiencia emocional y traumática, que en un momento creó esta fijación en la posición del niño, así como identificar las creencias básicas asociadas con dicho comportamiento. Sin esta etapa preliminar, el trabajo descrito anteriormente será ineficaz y los resultados serán insostenibles. Y esto se hace mejor con un psicoterapeuta.

¡Ámate a tí mismo!

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