Oda Al Cliente O Lo Que Valoro A Mi Gente

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Video: Oda Al Cliente O Lo Que Valoro A Mi Gente

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Video: HOLA MI GENTE HEMOS ACTIVADO EL BOTON DE MEMBRESIA PARA QUE USTEDES PUEDAN SACAR MAS VENTAJA. 2024, Mayo
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Oda Al Cliente O Lo Que Valoro A Mi Gente
Anonim

Sabes, estoy orgulloso de mis clientes. No los que vienen por un par de sesiones en busca de instrucciones rápidas para restaurar sus propias pautas de vida. Y no los que vienen solo para irse, porque "nada puede ayudarlos". Pero los que se quedan y audazmente se arman con una linterna para atravesar sus propias espinas y no tanto las estrellas del inconsciente

Les agradezco el coraje de quedarse y admitir que algo salió mal en su vida. Agradezco la disposición a darme cuenta de que en este "algo" hay mucha participación propia y, por tanto, responsabilidad. Nunca es fácil, casi siempre es a través de la negación, el miedo, el resentimiento y el resentimiento. Pero como resultado, tras atravesar cientos de barreras protectoras y superar muchos obstáculos, ganan.

Agradezco el valor de decir lo que muchos temen siquiera pensar. Admiten que tienen sobrepeso y temen ser abandonados y rechazados no solo por los más cercanos; resentimiento hacia los padres y absoluta falta de voluntad para casarse o tener hijos a pesar de la "edad" y otras convenciones. Dicen que el matrimonio fue solo una excusa para irse de casa y dieron a luz a hijos, sin amor. Confiesan que se consideran feos, desagradables, indignos y, en este momento, son personas heroicamente valientes, porque estas confesiones son el primer y más importante paso hacia el éxito.

Aprecio que cada sesión sea un trabajo para ti. Y no solo el cliente. Estas son a menudo algunas facetas nuevas de mis propios minerales antiguos y rocas ocultas, que solo puedo observar aquí y solo ahora, quitando un regusto casi físico después de cada paseo verbal por los callejones iluminados durante mucho tiempo.

Los agradezco por no crecer de sesión en sesión con estalactitas de sabiduría universal y la mayor omnisciencia, pero puedo aprender cosas nuevas, de los clientes. Y no me avergüenzo de no ser el más inteligente, de salirme de la imagen de un semidiós que todo lo sabe y de una radiografía de sentimientos y significados que todo lo ve. Simplemente porque, al estar siempre en la posición más rápida, más alta y más fuerte, es fácil pasar por alto un pequeño detalle insignificante sin saber nunca que es la llave de la puerta más importante.

Disfruto de las sorpresas que me traen de vez en cuando. Por ejemplo, las raras y por tanto tan valiosas lágrimas de alivio. O una hora de silencio, durante la cual hay tal lucha interna que cualquier palabra parece superflua e inapropiada. O explosiones de risa sincera, casi infantil, en las que hay tanta libertad y tan poco miedo.

Una vez me dijeron que un terapeuta es un amigo por dinero. Sí y no, porque la amistad aún no está a la venta. Pero poder confesar lo más íntimo y lejos de ser siempre positivo y no escuchar la condena, el desprecio, no sentirse arrogante por su debilidad sigue siendo invaluable.

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